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Bilbao BBK Live

Primera jornada

La alegre energía de Franz Ferdinand salpica Kobetamendi

Natxo Velez | eitb.com

Los escoceses ofrecieron un contundente y muy disfrutable concierto en la jornada inaugural del Bilbao BBK Live, en la que la lluvia consolidó su casi eterno idilio con el festival.

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Franz Ferdinand no falló anoche en Kobetamendi, y el cuarteto ofreció a su público lo que le demandaba: una ración de rock bailable muy bien ejecutado en la que no faltaron sus hits y que cumplió con lo que se le pide a un cabeza de cartel de una cita así.

Aunque el temprano anuncio del ‘sold out’ y la hora y cuarto de espera para coger el autobús que nos subiría hasta Kobetamendi hacía presagiar lo contrario, las mejoras realizadas en el recinto se dejaron notar anoche ante la afluencia de gente, y finalmente se pudo disfrutar con holgura de la jornada inaugural del Bilbao BBK Live.

Aún así, esa espera nos privó de ver de las primeras propuestas de la jornada, entre las que las que los más madrugadores nos destacaron a Future of the Left y Parquet Cours.

El concierto de John Newman nos sirvió de bienvenida al recinto del festival. Su pop edulcorado de rápida digestión y lleno de guiños soul, resulta bien ejecutado en directo con una solvente banda guiada por el tiempo de un más que eficaz batería.

Vetusta Morla, unos veteranos del Bilbao BBK Live, acometían a continuación su cuarta visita al festival, y volvieron a demostrar que su techo está cada vez más alto. Con un sonido mejorable al principio de la actuación, congregaron a una gran cantidad de público en el escenario 2 demostrando cuál es su estatus actual.

Los de Tres Cantos acometieron el concierto con hasta cuatro temas de su nuevo disco "La Deriva", y pusieron el recinto patas arriba con sus temas clásicos a partir de la interpretación de “Lo que te hace grande”, “Valiente”…

Es de agradecer, además, el esfuerzo de los madrileños por dotar a las canciones de arreglos diferentes en directo, como hicieron durante una “Copenhague” en la que usaron un especial set de percusión o “La cuadratura del círculo”. Cerraron su concierto con “Los días raros”, enorme y épica canción de su segundo album.

Mientras Vetusta Morla descargaba en el escenario 2, la carpa servía de refugio de los más fiesteros, que asistían efusivos a la que montaron los dos DJ y las dos voces que componen Hercules & Love Affair. Con un destacable juego de proyecciones en las pantallas, pusieron a toda la carpa a bailar.

Y finalmente, llegó la principal cita del día: Franz Ferdinand. Habitando un sobrio escenario sin prácticamente nada de parafernalia salvo unos amplificadores de atrezzo en los que se reflejaba el título de su último disco, “Right Thoughts, Right Words, Right Action”, desplegaron su rock alegre y bailable gozando de un nítido sonido durante toda la velada.

Su efectiva propuesta fue desplegada con un alto ritmo desde el principio, que quizás tuvo su lado menos brillante en los bises. De todas formas, capitaneados por un Alex Kapranos en buena forma, el destacable guitarrista Nick McCarthy con su Gibson SG apoyada a la altura del pecho y la grandísima base rítmica formada por Bob Hardy y Paul Thomson fue desgranando su larga lista de hits comenzando con un “Do you want to” que puso ya a sus pies al público.

Mediada la actuación de los escoceses, la lluvia llegó espoleada por el ritmo de “Take me out”, quizá su canción más conocida y no quiso marcharse. El grupo sí lo hizo, tras hora y media larga de concierto en el que cupieron un solo de percusión ejecutado por los cuatro miembros de la banda rodeando la batería y una lista de cuatro bises para marcharse triunfantes con “This fire”.

Tras el turno de Franz Ferdinand y ya bajo una lluvia que subía en intensidad llegó la diatriba de noche para decidir si elegíamos a Phoenix o a The Last Internationale. El agua y la ubicación del concierto de estos últimos, en la carpa que alberga el escenario 3, nos lo puso muy fácil y nos decidimos por la banda blues rock estadounidense.

No fue mala elección para despedir la noche, pues, capitaneado por Brad Wilk a la batería (Rage Against the Machine, Audioslave…), el cuarteto ofreció una agradable dosis de ritmos guitarreros. Siempre un lujo, poder ver a este batería y su espectacular pegada.

Finalmente, sin poder ver a unos Chrystal Fighters que la gente esperaba con ansia, reservando fuerzas para las siguientes dos jornadas, abandonamos el recinto, en el que, a pesar del llenazo, se pudo gozar de una noche de música sin ninguna clase de agobios.