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Cine

'Loreak'

Jose Mari Goenaga: ‘'Loreak' invita a pensar al espectador’

Natxo Velez | eitb.eus

Tras transitar con paso firme por los festivales de San Sebastián, Tokio o Zurich, “Loreak” llega hoy a los cines. Uno de sus directores nos aporta varias claves en torno al trabajo.

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Fotograma de 'Loreak'

“La vida de Ane da un giro cuando, semana tras semana, comienza a recibir un ramo de flores en su casa. Siempre a la misma hora. Y siempre de manera anónima. La vida de Lourdes y Tere, por su parte, también se ve afectada por unas misteriosas flores: un desconocido deposita semanalmente un ramo en memoria de alguien que fue importante en sus vidas”. Ese es el punto de partida de “Loreak”, un film de Jose Mari Goenaga y Jon Garaño.

Tras esta historia de apariencia sencilla, los casi 100 minutos de metraje de la película esconden abundantes símbolos y metáforas, que abren la puerta de la reflexión al espectador. Tras cosechar muy buenas impresiones allá donde se ha proyectado, ahora le ha llegado el turno al público. “Loreak” se podrá ver en su primera semana de exhibición en San Sebastián (Principe y Antiguo Berri), Bilbao (Multicines y Golem Alhondiga), Irun (Txingudi), Vitoria (Florida), Getxo (Getxo Zinemak) y Pamplona (Golem Baiona).

 

Hemos pillado a Jose Mari Goenaga y Jon Garaño de vuelta de Madrid, contentos con la acogida que la película ha obtenido allí, en el preestreno. Goenaga nos da algunas claves para adentrarnos en el universo de “Loreak”.

¿Cómo sostiene algo tan delicado como unas flores el peso de la película?

Las flores no tienen ningún significado de por sí, pero toman diferente alcance, dependiendo de quién las reciba o quién las vea; algunos muestran ilusión ante las flores, otros las toman como una amenaza...

En la base de la idea de “Loreak” están los ramos de flores que se colocan en los arcenes de las carreteras: constituyen una imagen muy dramática, pero, a la vez, muy enigmática, pues no sabemos quién las ha puesto ahí o qué relación unía a quien las colocó con la víctima del accidente... Es ahí donde nace esta historia.

Presentamos un juego de espejos entre la historia de una mujer que coloca unos ramos de flores para honrar la memoria de una víctima de un accidente de tráfico y otra mujer que de pronto comienza a recibir ramos de flores. La película propone una pugna entre el recuerdo y el olvido.

Los personajes tomarán partido de diferentes maneras ante la aparición de las flores, se sucederán diferentes reacciones ante la ausencia: una de las protagonistas opta por el recuerdo, mientras que otra de ellas se inclina por olvidar y una tercera honra la memoria de aquel que ya no está. Este triangulo es el que soporta la historia.

El trabajo de las tres actrices protagonistas, Itziar Aizpuru, Nagore Aranburu e Itziar Ituño, ha recibido numerosos elogios: el festival Latin Beat de Tokio, por ejemplo, les otorgó ex aequo el premio a la mejor actriz principal. ¿Cómo fue el proceso de construcción de los personajes? ¿Fue fácil encontrar a las actrices que los han encarnado?

Itziar Aizpuru también realizó el papel protagonista en nuestra anterior película, “80 egunean”, y teníamos claro desde el principio que también estaría en “Loreak”. Escribimos el guion sabiendo que ella lo rodaría; es más, utilizamos algunas frases para el personaje basándonos en la forma de hablar de la propia Itziar.

Para el personaje de Ane también teníamos bastante claro que queríamos a Nagore Aranburu. Nos gusta mucho su trabajo, y despejó todas las dudas en los castings. Tiene mucha experiencia y ha trabajado también como guionista, por lo que ha sido muy fácil trabajar con ella.

La construcción del personaje que interpreta Itziar Ituño, por su parte, fue más complicada. Nuestra primera intención era que el personaje fuera mayor, y realizamos pruebas con ese objetivo, pero la prueba que realizó Itziar nos gustó mucho y cambiamos los planes. Es un personaje que exige mucho al actor en algunas escenas, y consideramos que la energía y la dura mirada de Ituño encajaban muy bien.

Huelga decir que no nos arrepentimos para nada de la elección. Las protagonistas han hecho un trabajo fabuloso.

¿Esperabais la acogida que se os brindo en el Zinemaldia? ¿Fue un gran espaldarazo?

La experiencia del Zinemaldia fue maravillosa. El Zinemaldia en sí mismo ya es muy especial para nosotros: lo conocemos hace muchos años, y hemos participado como espectadores, trabajando, como miembros del jurado en otras secciones... Allí hemos aprendido a ver cierta clase de cine.

La más asombroso de aquellos días fue cómo la gente hizo suya la película, y nos aclamaban por la calles, como si fuéramos jugadores de la Real. Nos decían “Vamos, ¡ánimo!, que vamos a ganar”.

Además, si bien el apoyo de la gente de nuestro entorno fue espectacular, nos asombró aún más la respuesta de la gente de fuera. Se derribaron mucho prejuicios, ya que algunos habían manifestado que la inclusión de la película había sido una concesión del Festival al cine en euskera, pero la gente nos comentaba que durante la proyección se habían olvidad de que se trataba de una película en euskera.

¿Qué os gustaría que pensaran los espectadores cuando salgan de la proyección?

Creemos que una de las claves del proyecto reside precisamente en ese punto. Para nosotros, es muy importante que el espectador “se lleve la película a casa”, que reflexione sobre lo que ha visto.

"Loreak” cuenta una historia muy disfrutable y fácil de seguir en el cine, claro, pero, más allá de eso, está llena de símbolos y metáforas. Aporta material para que el espectador piense y tiene varias lecturas.

Es por eso que no nos gustaría que la película terminara una vez se enciendan las luces de la sala, sino que se comente, que se comparta con amigos... Tiene elementos para ello.

¿Qué recorrido comercial le veis a la película?

Es difícil de adivinarlo, porque hoy en día las cosas no están nada fáciles.

Nos gustaría que en Euskal Herria la gente fuera al cine; se ha hablado mucho de la película... Nuestro objetivo es que coseche más espectadores que “80 egunean” y, de hecho, se han distribuido más copias que con aquella.

Además, en los cines vascos se podrá ver en versión original con subtítulos en castellano, y fuera se mostrará de dos maneras: en algunos sitios así, en versión original subtitulada, y en otros doblada al castellano. El doblaje es la única manera de llegar a ciertas salas y ciudades, aunque en principio la idea no nos entusiasmara.

Parecemos asistir a una época de esplendor en el cine vasco (“Loreak”, “Lasa eta Zabala”, “A escondidas”, “Los tontos y los estúpidos”…). ¿Esta acumulación de estrenos distorsiona la realidad o estamos verdaderamente en un período de fulgor del cine vasco?

El Zinemaldia es muy importante para el cine vasco; supone sin duda un hito de cara al diseño de la estrategia comercial de cualquier película.

Ello desentraña un escenario en el que se estrenan un montón de películas en unas pocas semanas, mientras que luego puede ocurrir que durante un largo periodo apenas haya películas vascas en las carteleras. No sé si es la estrategia más adecuada, pero tenemos que aprovechar el aliento que presta el Festival de San Sebastián.