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cultura

Entrevista a Mikel Santiago

Un escritor vasco cautiva a las editoriales de Stephen King y Larsson

Eider Garaikoetxea | eitb.eus

'La última noche en Tremore Beach', ópera prima de Mikel Santiago, será publicada en EEUU y Francia, entre otros. Además, la productora de Amenábar ha comprado los derechos para llevarla al cine.

  • Mikel Santiago

    La primera novela de Mikel Santiago lleva vendidos 30.000 ejemplares. Foto: Mikel Santiago

"Cuando empecé a escribir y enviar novelas recibía como mucho, una carta de rechazo cada dos meses. Ahora tengo una pila de emails semanales diciéndome lo bien que va todo. Me está creando una peligrosa adicción..." Así describe el escritor Mikel Santiago (Portugalete, 1975) su actual situación tras el éxito absoluto de su primera novela: La última noche en Tremore Beach (Ediciones B). La obra, novela negra con tintes psicológicos, ha encandilado a crítica y público y ha llevado al escritor vasco a lo más alto: alcanzar lo que sólo unos pocos escritores del Estado consigue: entrar en el selecto club de los "autores de las seis cifras", es decir, firmar un contrato de seis cifras en EE.UU. La cantidad, que podría estar en una horquilla desde los 100.000 a los 999.999, la puso sobre la mesa la editorial de Stephen King (Simon & Schuster) por los derechos de la obra en inglés. Al parecer, hubo otras firmas  interesadas en la compra, por lo que la neoyorquina decidió "jugar a la mayor". "Me puse a dar saltos de alegría hasta que la vecina me recordó que eran las once de la noche", nos cuenta. Simon & Schuster no es la única, la francesa Actes Sud se ha apuntado a publicar la novela en su colección de 'Babel Noir', donde compartirá catálogo con nombres Stieg Larsson y Camilla Läckberg.

Santiago, que ha respondido a las preguntas de eitb.eus desde Ámsterdam donde vive actualmente, dice estar "en estado de shock, pero un shock feliz". No es para menos. La última noche en Tremore Beach va por la sexta edición (30.000 ejemplares vendidos; manteniéndose en los primeros puestos del Top Ten en ventas en el Estado), va a ser traducida a 10 idiomas y estará a la venta en 15 países. La crítica también ha decidido bendecir a este portugalujo: "Formidable", "magnífica" o "ambiciosa", son algunos de los adjetivos que han utilizado para describir su bautizo. Hay quien lo ha comparado con Stephen King, "incluso me ha llamado "Mi-KING Santiago", nos reconoce "encantado": "Para mí es un honor que mis libros recuerden a King porque soy su gran fan", añade.

Quizás seducido por el ambiente de tensión y paranoia que destila la novela, la productora de Alejandro Amenábar acaba de comprar los derechos para un posible adaptación al cine o la pequeña pantalla. "Me imagino Tremore Beach como una buena película de intriga psicológica tipo Shutter Island, o como una serie corta tipo Twin Peaks", nos cuenta Mikel.

Novela 'made in Ireland'

La última noche en Tremore Beach transcurre en Irlanda, en un pequeño pueblo de la costa de Donegal. Mikel Santiago conoce bien estos parajes. Vivió durante varios años en Dublín e incluso visitó el pueblo que sirvió de inspiración, "GlencolumbKille, una autentica joya perdida en el norte de Irlanda". Quien tenga curiosidad de ver cómo es el enclave, solo tiene que entrar en la página del autor y ver las instantáneas que le sirvieron de inspiración para ambientar la novela.

El protagonista, Peter Harper, es un músico en plena crisis creativa y personal que va a parar a una casa solitaria y un tanto intrigante. La vida le cambia cuando recibe el impacto de un rayo: ya nada es como antes….

Llama la atención que un tipo algo miedoso, "muy paranoico" en sus palabras, pueda escribir novela negra y de intriga. "Precisamente lo hago por eso, porque me sirve de terapia. Dejas la mente abierta y le das permiso a tu subconsciente para que hable con tus manos sin filtrar nada. Después lo lees y decides si debes preocuparte...", explica. Sus referencias literarias y cinematográficas, "Stephen King, Poe, Lovecraft o Hitchcock", hacen el resto.

Con estos mimbres y una ardua labor durante dos años construyó Mikel Santiago La última noche en Tremore Beach. Tardó alrededor de un año en componer los personajes y las tramas, y otro tanto "para poner todo en papel, bonito y con todas las tildes". Los protagonistas de la novela dieron a Santiago más de un quebradero de cabeza: "Trabajé muy a fondo sus personalidades y el viaje emocional individual de cada personaje del elenco protagonista. Esto era muy importante para conseguir ese efecto de "urgencia" al final de la novela, cuando el lector no deja de leer para saber 'qué les va a pasar' a esos personajes con los que, normalmente, logra simpatizar bastante", nos cuenta.

Mikel Santiago. 'La ultima noche en Treamore Beach'

Sin olvidar Portugalete

A 1.400 km de su Portugalete natal, "con permiso de Sestao y Santurtzi, uno de los más bonitos de la margen izquierda", Santiago no olvida sus orígenes: "Siempre lo llevaré en el corazón y estoy seguro de que sus hay algo de él en mi forma de escribir. Después viajas por el mundo en busca de más, pero uno nunca puede olvidarse. Como dice una buena amiga mía: 'Yo he salido de mi pueblo, pero mi pueblo nunca saldrá de mí'", reconoce con aire nostálgico.

De hecho, nos desvela que tiene en mente una novela ambientada "cerca de Bilbao", que espera escribir "pronto". "Es una idea absolutamente terrorífica", nos adelanta, "el personaje es un expatriado que vuelve a Bilbao después de muchos años fuera. Un tipo como yo, con cosas raras en la cabeza. Una casa solitaria y mucha costa..."

En busca de la siguiente historia

Aunque reconoce "sentir la presión del éxito", Mikel Santiago no quiere quedarse como el autor de un solo título. Tiene escrita una segunda novela y "varios gérmenes de ideas preparados desde hace tiempo". Trabaja con la editorial en elegir la siguiente historia, aunque dice que tampoco pierde el sueño: "Es importante a nivel editorial, aunque llevo publicando en blogs e Internet bastante tiempo y para mí es otra historia más", precisa.

Dedica unas cuantas horas al día a teclear. "Soy un poco terrorífico con mis 'horas de escribir'", admite. Nadie puede molestarle mientras lo hace: "Es una actividad que me ocupa los cinco sentidos y las pocas neuronas espabiladas que me quedan en la cabeza. Necesito concentrarme absolutamente", acepta entre risas. El resto del tiempo lo ocupa en su trabajo como programador en una empresa holandesa de software y tocando en su banda de blues, sus otras dos pasiones.

Entretanto, sigue recibiendo los emails semanales con "buenas noticias", ¿cuál será la siguiente?