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Música

Entrevista

Rafa Rueda: 'Las canciones de PiLT siguen vivas'

Natxo Velez | eitb.eus

PiLT ha vuelto: los cinco músicos que pasaron por el grupo han cuadrado sus agendas, y ofrecerán cinco conciertos especiales a partir de este fin de semana, en el que actuarán en Bilbao y Villava.

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La novedosa propuesta sonora de PiLT se apagó, o al menos quedó en pausa, en 2005, después de realizar la gira de presentación de su quinto disco, que llevaba el premonitorio título de "Game over". La banda puso fin así a una carrera repartida entre la segunda mitad de la década de los 90 y los primeros 2000, alejada de los estándares imperantes entonces en la escena.

Ahora, los cinco componentes que pasaron por la banda han decidido otorgarse el placer de volver a ponerse a los mandos de la nave musical, de cara a disputar cinco vidas extra en forma de otros tantos conciertos "puntuales y muy emocionantes", que arrancarán este fin de semana en Bilbao (5 de mayo, Kafe Antzokia) y Villava (6 de mayo, sala Totem).

PiLT fue un grupo especial, inquieto, innovador, de una calidad musical indudable y que ha quedado relegado en el imaginario colectivo musical al estatus de grupo de culto (aunque han agotado con bastantes semanas de adelanto el aforo de Kafe Antzokia en esta gira de reunión), al igual que otras bandas coetáneas como Dut o Deabruak Teilatuetan, por citar algunas, debido, quizás, a una exacerbada sacralización de la música facturada en este país en los 80. Durante cinco discos, Rafa Rueda (guitarra y voz), Aitor Abio (teclado y coros) y Xanpe (batería) ofrecieron su receta rock acompañados a las cuatro cuerdas primero por Txarlie Solano y después por David González.

PiLT

Ahora, para poder volver a gozar sobre el escenario y ofrecer esta minigira, han tenido que cuadrar sus repletas agendas: Rueda tiene una sólida carrera en solitario y toca, entre otros, con el grupo Lou Topet y el músico Mikel Urdangarin; Abio toca en Revolta Permanent y trabaja en la producción musical; Xanpe también produce a numerosos grupos en su estudio Koba; Txarlie Solano continúa con su proyecto Mabu y acompaña a varios músicos en Madrid; y Gonzalez es el bajista de los grupos Berri Txarrak y Cobra.

Hemos querido dialogar con Rafa Rueda para que nos acerque diferentes detalles de la reunión de PiLT.

¿Qué sentisteis en el primer ensayo, cuando comenzó a sonar la primera canción del repertorio?

La primera canción que tocamos fue "Automatak bezala", del disco Denbora, y la verdad es que fue una sensación muy potente, un momento especial y emocionante. Estábamos juntos en el local de nuevo, con los instrumentos entre las manos.

Somos amigos, y nos solemos juntar para cenar y ese tipo de cosas, pero volver a tocar juntos fue muy especial. De todas formas, una vez procesada esa emoción, a partir de la segunda canción, fue como vivir un flash back. Todo se desarrolló de manera muy natural, y, por ejemplo, las letras me venían a la cabeza inmediatamente, después de estar quince años sin cantarlas.

PiLT actuó como cuarteto y, ya en su última gira, en formato de trío, pero en estos conciertos os presentaréis como quinteto, ya que estarán los dos bajistas que pasaron por la banda…

En esas estamos… Tanto David como Txarlie tocan la guitarra además del bajo, y estaremos los cinco sobre el escenario. Es algo que teníamos muy claro: teníamos que estar los cinco en esto.

Por todo ello, hemos tenido que arreglar los temas, y no existían demasiadas variables: en algunas canciones será uno quien se encargue del bajo, y en otras el otro… Nos las arreglaremos.

¿Qué se va a encontrar el público en estos conciertos?

Encontrará un grupo sólido tocando canciones sólidas. Todos nos mantenemos en activo en la música, y somos más conscientes de todo que antes: nos hemos dado cuenta de que nuestras canciones se mantienen vivas y han aguantado muy bien el paso del tiempo. Para nosotros, esa ha sido una de las mayores sorpresas.

Por eso decimos que no tenemos ninguna intención de hacer un revival. La sensación que tenemos en los ensayos no es que estemos resucitando nada, sino que estamos manteniendo algo que está vivo.

Además, el grupo nunca se disolvió, ¿verdad?

No, lo dejamos por inercia, ni siquiera anunciamos en ningún lado que nos fuéramos a separar. El cuerpo no nos pidió hacer más temas nuevos, y lo dejamos en ese punto.

PiLT

Desde la perspectiva que te otorga haber tenido que revisar todo el repertorio del grupo, ¿qué dirías que hacía especial a PiLT?

Creo que la química entre nosotros fue algo muy importante. Había un proceso creativo conjunto que trascendía a la suma de las influencias de cada uno, que, por otro lado, eran muy variadas.

Componíamos desde lo más profundo, sin hacer ningún tipo de análisis, y, aunque quizás catalogar nuestra propuesta como novedosa puede ser demasiado, sí diría que hacíamos algo honesto y real. Eso otorgó frescura al proyecto.

Es indudable que la irrupción de PiLT supuso un soplo de aire fresco a la escena (teclados, bajos distorsionados con ramalazos funky, ecos del rock alternativo de Faith No More o Helmet, pasajes improvisados, faldas o bidones metálicos enormes sobre el escenario en los conciertos…). ¿Crees que existe algún grupo actual que aporte esa originalidad?

Nosotros no nos poníamos ningún límite: hacíamos todo lo que se nos pasaba por la cabeza.

Hoy en día, los jóvenes utilizan otros caminos para dar salida a su creatividad; por el contrario, ese punto de locura está muy relacionado con nuestra época. Si queríamos flipar, teníamos que inventarlo nosotros, mientras que hoy en día no hay por qué inventar nada. Nosotros hemos crecido en la calle, y creo que eso se notaba sobre el escenario.

Los tiempos cambian, y los creadores actuales son físicamente más pasivos en lo que respecta a la escena. Puede que las ideas bullan en su mente, pero la escenificación es más pasiva. Es un reflejo de los tiempos: nosotros nos comportábamos sobre el escenario tal y como jugábamos en la calle.

La música también muestra el cambio de los modelos sociales. Hoy en día, si pensamos en un trabajador, se nos viene a la cabeza la imagen de alguien sentado ante un ordenador, mientras que en la década de los 40 o los 50 pensaríamos en alguien con un martillo o una azada en la mano.

¿Después de estos cuatro conciertos, el grupo desaparecerá u os han entrado ganas de componer algo nuevo? ¿Dejáis la puerta abierta?

Será complicado. Ya el simple hecho de haber encontrado un hueco para hacer estos conciertos ha sido difícil, y a corto plazo va a ser imposible, ya que cada uno de nosotros tiene ya muy encarrilados sus proyectos, con fechas etcétera. De todos modos, no cerramos ninguna puerta.

Respecto a la creación, no hemos tenido tiempo suficiente para crear, ya que hemos estado trabajando en el repertorio antiguo. Si continuásemos ensayando, ese sería el siguiente paso natural, pero hasta ahora hemos trabajado solo enfocados a los conciertos.

 

 

A nivel personal, ¿cómo ha sido el cambio desde tu registro más reposado a volver a gritar y pisar el pedal de distorsión?

Para mí ha sido catártico, me ha servido para oxigenarme. En su día, cuando terminó PiLT y comencé con el pop, fue algo parecido aunque en el sentido contrario. Este tipo de cambios son muy beneficiosos porque sirven para airear la cabeza.

De todas formas, no diferencio tanto la música en base a su estilo. La música es para mí ritmo, melodía y armonía, nada más. No veo tanta diferencia entre Faith No More o José González, veo la música de la misma manera tocando con Mikel Urdangarin o cantando "Hil da jainkoa"; disfruto las dos cosas.

Por ejemplo, andar en bicicleta consiste en dar pedales, y supone el mismo esfuerzo hacerlo en una bici de carreras o una de paseo.

Pronto sacarás tu nuevo disco en solitario. ¿En qué fase te encuentras ahora?

Empezaremos a grabar en julio, la semana siguiente al último concierto de PiLT, y ya está bastante avanzado. Me apetecía darle un giro a mi carrera en solitario, y el nuevo trabajo traerá consigo novedades estéticas.

¿Tendrá reflejo en el disco el sonido más potente de PiLT?

Supongo que sí, aunque considero que, a fin de cuentas, no hay tanta diferencia entre las canciones de un proyecto y las del otro en lo que concierne a la composición. Algunas canciones de PiLT, tocadas con la guitarra acústica, podrían encajar en mi repertorio sin ningún problema.

Aún así, creo que sí, que se notará la influencia de PiLT, ya que llevaba tiempo con ganas de coger una senda diferente en mi carrera en solitario.

También participas en la adaptación de la ópera chica de Pablo Sorozabal y Pío Baroja "Adiós a la bohemia", realizada por Rafa Berrio, Ángela Molina y Joserra Senperena…

Sí, también participaré en esa aventura. Hemos grabado el disco, y estaré en las representaciones cantando junto a Petti.

Está ambientada en los principios del siglo XIX, y hago de pintor. Será bonito.

Las posibilidades de ver a PiLT serán las siguientes:

Viernes, 5 de mayo: Kafe Antzokia de Bilbao (+ Leun). Entradas agotadas.

Sábado, 6 de mayo: Sala Totem, Villava (+ Candidato Manchú)

Viernes, 12 de mayo: Bonberenea, Tolosa

Sábado, 13 de mayo: Jimmy Jazz, Vitoria (+ Hiena).

30 de junio - 2 de julio: Festival EHZ.

tival EHZ.