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Opinión
R. I. P.
Félix Linares
Se aprende mucho leyendo, aunque sea una serie histórica, porque nosotros no cambiamos demasiado. Hasta que un día te hacen la necrológica
Hoy tenemos que lamentar dos defunciones, de alguna manera ambas relacionadas con la televisión. Amparo Baró ha trabajado mucho en teatro -algo menos en cine, pero será recordada por su trabajo en televisión, seguro que se acuerdan de “Siete Vidas”- donde ya trabajaba en los años cincuenta.
Ha muerto a los 77 años, la misma edad de Colleen Mccullogh, autora de la novela que sirvió de base a una de las series televisivas más famosas de la historia: “El pájaro espino”.
Tenía una serie de siete novelas sobre la Roma del fin de la república que es un hermoso muestrario de las conspiraciones políticas que han acompañado al ser humano en su paso por el planeta.
Podrían leerla para que no les extrañaran ciertos hechos actuales, que salga ahora alguien recordando el famoso 3 % que Pasqual Maragall ya soltó hace nueve años y que, casualmente, todos olvidaron entonces. O como el gobierno español y el partido en el poder reprochan a un medio de comunicación, se supone que “de los suyos”, el “ABC”, haber hecho una entrevista a Bárcenas.
Parece que no les molestó tanto la entrevista “amiga” que le hicieron a Soraya Saénz de Santamaría en Televisión Española, ocupándose de las preguntas el mismo periodista que trató de diferente manera a Pablo Iglesias.
Tampoco debería sorprendernos que los inspectores de Hacienda anden a la caza de famosos con dinero, porque tienen unos pluses por pieza cazada y algún reconocimiento si la presa es conocida, por supuesto preferentemente del bando enemigo.
Se aprende mucho leyendo, aunque sea una serie histórica, porque nosotros no cambiamos demasiado. Hasta que un día te hacen la necrológica. Y entonces ya no importa lo que hayas hecho antes.
