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Análisis
Eurovisión y el vestido de Edurne
Félix Linares
Pero yo quería llegar al precio del vestido, quince mil euros, el más alto de la historia del festival, que se vea la recuperación, el año que viene uno de cien mil.
Perdonen que siga hablando de Eurovisión pero lo hago solo por seguir la moda, la de hablar de moda en relación con otras cosas. Ahora que en el festival de cine, de cine, de Cannes se ha llenado de modelos, está claro que hay que hablar de los vestidos de Edurne.
Veinte, y veintiocho pares de zapatos, ha llevado a donde quiera que se celebre el festejo, normal si tenemos en cuenta que necesita dos para el escenario. Pero yo quería llegar al precio del vestido, quince mil euros, el más alto de la historia del festival, que se vea la recuperación, el año que viene uno de cien mil, lo que ha llevado a algunas personas a criticarlo. Vamos a ver, si el gobierno se va a gastar ochocientos millones en armamento, no podemos criticar ese dinerillo en vestimenta. Haz la canción, no la guerra, hermano.
Un poco al estilo Zapatero que dice que es más importante el cuadro de la batalla que la batalla en sí misma, que es algo que no entiendo demasiado pero que debe ser otra hermosa muestra de pacifismo y retorno a los sesenta o, al menos, una reivindicación de los creadores de arte que nos hacen mejores.
Pero quienes definitivamente nos mejoran son los encuestadores con preguntas absurdas. Por ejemplo, parece que aquellos que duermen poco están más dispuestos a practicar sexo, y a hacerlo mejor, porque la reacción del organismo a la falta de sueño es como el alcohol, que quita las inhibiciones y te predispone para grandes gestas. Y, además, ya no hace falta tener un cuerpo estupendo porque a las noticias sobre los fofisanos hay que añadir un estudio que asegura que los gorditos tienen buenas expectativas en materia de sexo, por cuestiones complejas que no tienen cabida aquí. Mientras que los bajitos lo tienen crudo. No sabemos qué altura deben tener los consejeros delegados porque ahí triunfa otro canon de belleza, pero hay que ver lo que ocurre cuando hay movimientos sísmicos en las empresas.
El cambio en la cumbre de Abengoa ha debido reventar el medidor richter porque la empresa se ha desplomado en bolsa. ¿Quién maneja esas cosas? ¿Quiénes son los que tienen dinero para jugar en ese campo? ¿Son unos pusilánimes que se asustan por tan poco? ¿Tendrán barriguita cervecera o serán bajitos y saben lo que cuesta triunfar en la vida? ¿Verán Eurovisión y se quejarán de lo mucho que cuesta el vestido de Edurne o querrán entrar en las empresas que tienen el contrato con el ejército?
