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Jesús Torquemada

Análisis

Turquía juega su propio partido

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

Ankara podía haber escoltado al avión ruso hasta que saliera de su espacio aéreo, pero decidió derribarlo por su malestar con la intervención de Rusia en Siria.

Es muy probable que sea cierto lo que dice Turquía: que el avión ruso derribado violó el espacio aéreo turco. Sin embargo, eso no hacía necesario el derribo, porque el avión ruso no tenía ninguna intención de atacar en Turquía. El bombardero ruso apenas se metió en el espacio aéreo de Turquía y los cazas turcos que lo interceptaron podían haberlo escoltado hasta que saliera del espacio aéreo violado.

La decisión de derribarlo indica el malestar de Turquía por la intervención de Rusia en el conflicto de Siria. Turquía está empeñada en derrocar al presidente sirio, Bashar El Assad, como sea. Turquía hace la vista gorda ante el tránsito por su frontera de yihadistas europeos que intentan llegar hasta el territorio del Califato proclamado por el Estado Islámico en Siria e Irak. Además, apoya a algunos grupos rebeldes que tienen su base en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía. A Turquía no le conviene que Rusia bombardee a esos grupos rebeldes, porque esos bombardeos refuerzan a Assad. Por eso ha decidido enfrentarse frontalmente a Rusia, aunque meta en un lío a toda la OTAN, de la que Turquía forma parte. Y, además, impide la formación de esa gran coalición internacional contra el Daesh que quiere organizar Francia.