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Jesús Torquemada

Análisis

Reunión de novatos en Nueva York

Jesús Torquemada

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Guterres puede respirar tranquilo: Trump no quiere cargarse la ONU, lo que quiere es reformarla y usar el dinero de forma más eficiente.

Ayer, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, se estrecharon la mano dos novatos. Los dos llevan en sus cargos solo desde enero. Uno, el portugués Antonio Guterres, es el secretario general de la ONU. El otro, Donald Trump, es el presidente de Estados Unidos, que es el país que más dinero aporta al presupuesto de la ONU.

Guterres puede respirar tranquilo: Trump no quiere cargarse la ONU. Eso es lo que le dijo ayer: quiere reformar la ONU, para que use el dinero de forma más eficiente, pero no quiere eliminarla. Durante su campaña electoral, llegó a decir que la ONU no servía para nada, que era una reunión de gente que se dedicaba a perder el tiempo y que, en el fondo, esa organización es enemiga de Estados Unidos.

Ahora parece estar cambiando de opinión. Ha visto que la ONU le viene muy bien para, por ejemplo, imponer sanciones a Corea del Norte. Y que es, además, una buena tribuna para exponer sus ideas. Todo el mundo espera con expectación el discurso que dará hoy ante el pleno de la Asamblea General. Mientras tanto, ha dicho que apoyará a Guterres en la reforma que éste quiere hacer en la ONU. En efecto, también Guterres quiere reducir los gastos burocráticos, pero además quiere que la ONU tenga más poder para intervenir en los asuntos internacionales. Y en eso sí va a ser difícil que tenga el apoyo de Trump.