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Jesús Torquemada

Análisis

Mi botón rojo es más grande

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

Kim Jong-un y Donald Trump parecen dos chiquillos en un patio de colegio. En el mundo real, todas estas tonterías pueden ser mucho más peligrosas.

"Tengo un botón rojo, tengo un botón rojo", dice el niño Kim. "Pues el mío es más grande, te chinchas", le responde el niño Donald. Parece una pelea de patio de colegio, pero, lamentablemente, Kim y Donald no tienen petardos, sino bombas nucleares. Donald debería comportarse mejor, porque es el niño mayor, pero no sabe controlar un juguete llamado Twitter.

Todo esto se produce en un contexto de aparente acercamiento entre las dos Coreas. Los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebran dentro de un mes en Corea del Sur, han dado la ocasión para iniciar un deshielo entre Pyongyang y Seúl. El presidente surcoreano, Moon, ha aceptado la mano tendida por Kim.

Corea del Norte ha vuelto a poner en marcha el "teléfono rojo" que comunica a las autoridades de los dos países, y que estaba desconectado desde hace dos años. Ayer hicieron pruebas para ver si funcionaba. Como en los chistes de Gila: "Hola, ¿es ahí el enemigo?". Y claro, el niño Donald se ha puesto celoso. Quiere que Moon sea solo amigo suyo, no quiere que vaya con Kim. Eso en el patio del colegio se arregla fácil: el matón Donald le quita el bocadillo a Moon. En el mundo real, todas estas tonterías pueden ser mucho más peligrosas.