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Golpe al norte de África

Túnez cierra cerca de 100 mezquitas que dominaban los salafistas

La decisión del Gobierno tiene como objetivo recuperar el control de los "templos en los que se incita a la violencia". Al parecer, la mayoría de víctimas eran británicas, según Cameron.

El atentado ha dejado graves consecuencias en Túnez

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Agencias

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El Gobierno tunecino decidió anoche, tras el atentado perpetrado este viernes en una playa turística de Susa, en Túnez, cerrar cerca de un centenar de mezquitas en manos de clérigos salafistas.

En declaraciones a los medios, el primer ministro tunecino, Habib Essid, admitió que el objetivo es recuperar el control de cerca de 80 templos en los que se incita a la violencia y hay indicios de que se promueven y financian ciertos grupos yihadistas.

Horas antes, el presidente del país, Bey Caid Essebsi, ya había advertido que el Estado iba a adoptar medidas sin parangón que no se habían querido adoptar tras la matanza de El Bardo y que pondrían al "país bajo una sola bandera".

La decisión de cerrar las mezquitas, que el mandatario adelantaba con sus crípticas palabras, supone el primer recorte de las libertades que Túnez adapta desde el alzamiento contra la dictadura del huido Zine el Abedin Ben Ali.

Caído el tirano, la transición supuso una recuperación de las derechos individuales y colectivos, entre ellos la libertad religiosa que grupos salafistas aprovecharon para apropiarse de los púlpitos de importantes mezquitas.

A ello se unió la puesta en libertad de decenas de radicales que penaban en las cárceles bajo el puño represor de Ben Ali, muchos de los cuales partieron después a Siria e Irak para sumarse al combate del EI.

Tunez atentados EFE

"Las cifras oficiales dicen que son unos 3.000, lo que convierte a Túnez en el principal exportador de voluntarios al EI. Pero son cifras antiguas, calculamos que son más de 5.000" explica a Efe Hedi Yahmed, autor de un reciente libro que analiza el yihadismo en este país norteafricano.

"El yihadismo está implantado en Túnez desde la década de los 80, cuando empezaron los primeros emigrantes (que se unieron a lo que después sería Al Qaeda). Esa es la primera generación. Después regresaron y muchos fueron encarcelados por Ben Ali, donde contagiaron a muchos", agrega.

Según Yahmed, director del diario digital en árabe Hakhakaik, la tercera generación son "los yihadistas de la revolución, esos que salieron de las prisiones con la amnistía" que siguió a la huida de Ben Ali.

Autoría del atentado

El Estado Islámico ha reivindicado a través de una cuenta de Twitter el atentado del país tunecino en el que murieron 38 personas y resultaron heridas otras 30, según ha informado la agencia Reuters.

El objetivo del atentado fue el hotel Imperial Marhaba, de la cadena española Riu, en Port El Kantaui. A mediodía del viernes, un hombre llegó en una lancha con un 'Kalashanikov' escondido en una sombrilla a la playa y arió fuego contra los turistas que se encontraban allí.

El ataque, en el que fallecieron turistas extranjeros -entre ellos británicos, alemanes, irlandeses y belgas- ha conmocionado a un país que ya se vio sacudido por un atentado similar tras el atentado contra el Museo del Bardo, en Túnez, el pasado marzo, en el que murieron más de 20 turistas.

Éxodo de extranjeros

Cerca de 2.500 turistas extranjeros han abandonado Túnez en las últimas horas como consecuencia del atentado, según han informado a Efe responsables de sector turístico.

Todos ellos han partido de los aeropuertos aledaños y de la propia capital, donde se ha creado cierta confusión con la llegada de numerosos vuelos charter fletados por las compañías turísticas para recoger a sus asustados clientes.

Contactado por Efe, el Ministerio de Turismo no ha confirmado ni desmentido estas cifras y se ha limitado a apuntar que se está valorando el impacto real de la masacre.

La mayoría, británicos

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores británico, Tobias Ellwood, ha confirmado este sábado que son al menos 15 los ciudadanos británicos muertos en el atentado del viernes en Túnez, aunque ha advertido de que la cifra podría aumentar.

Por otra parte, en una declaración en su residencia oficial del 10 de Downing Street, David Cameron ha dicho que el Gobierno trabaja para ayudar a los afectados, y ha insistido en su determinación de combatir la amenaza terrorista.

El jefe del Gobierno ha resaltado que las víctimas eran "turistas inocentes" que pasaban sus vacaciones y "no suponían una amenaza", pero que han sido asesinados por terroristas que se oponen a "países que defienden la paz y la democracia".

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