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Golpe militar

Una facción del Ejército de Zimbabue toma el control del país y confina a Mugabe

Los sublevados han tomado las calles, han detenido al presidente Mugabe y a tres ministros y han nombrado un "presidente interino".

Robert Mugabe, junto a su esposa Grace Mugabe. Foto: EFE
Una facción del Ejército de Zimbabue toma el control del país

agencias

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Euskaraz irakurri: Zimbabweko Armadaren fakzio batek kolpe militarra eman du

Una facción del Ejército de Zimbabue ha dado un golpe militar en el país, tomando las calles y bloqueando edificios gubernamentales en la capital, Harare. Los sublevados niegan que se trate de un golpe de Estado, pero han detenido al menos a tres ministros y al presidente Robert Mugabe y su familia.

Los tanques se desplegaron en la tarde-noche del martes y desde entonces se han escuchado disparos y explosiones en varias zonas de la ciudad, según numerosos testigos.

La confusión que vive el país africano desde la noche del martes es tal que incluso Londres asegura que no está claro que el presidente Mugabe haya caído, mientras que un representantes del partido del Gobierno asegura que la esposa del dignatario ya no está en el país y ha huido a Namibia, aunque otras fuentes afirman que está retenida junto al resto de familiares.

Militares tras la toma de la televisión leen el comunicado. Foto: APTN

Militares tras la toma de la televisión leen el comunicado. Foto: APTN

Los países de la región piden que se resuelva la crisis abierta de manera pacífica al tiempo que el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa -apoyado por la facción del Ejército sublevado y aspirante a la presidencia frente a su rival y esposa del actual mandatario Grace Mugabe--  ha regresado a Zimbabue, según el diario británico The Guardian.

Las diferencias entre Grace Mugabe y Emmerson Mnangagwa han sido el origen de la crisis política que ha derivado en el presunto golpe de Estado que han puesto en marcha las Fuerzas Armadas zimbabuenses en las últimas horas, después de que el jefe de Estado Mayor, el general Constantino Chiwenga, asegurara el lunes que los militares no permitirían que se llevara a cabo una "purga" de excombatientes que participaron en la liberación del país.

Y es que el reciente cese de Mnangagwa como vicepresidente del país, una decisión que ha sido interpretada como un intento por situar a la primera dama como sucesora del mandatario, ha puesto las espadas en alto en Zimbabue.

Carros de guerra en la capital. Foto: EFE

Carros de guerra en la capital. Foto: EFE

Lo que sí está claro en este conflicto es que la división en el seno del partido gobernante tiene como trasfondo la carrera por suceder al veterano presidente, de 93 años, que gobierna el país africano desde 1980.

Una facción respalda a Grace Mugabe, mientras que otra apoya a Mnangagwa, quien hasta el martes parecía haber quedado fuera por orden directa del jefe de Estado, que no ha dudado en acusarle de traidor.

Ahora, y pese a que el Ejército ha tomado el control del país, y que presenta todos los elementos de un golpe de Estado, las fuerzas armadas sublevadas han negado que se trate de un levantamiento al uso.

Además, han afirmado que el presidente Mugabe se encuentra "a salvo" y que el nuevo presidente interino es Emmerson Mnangagwa. "La pasada noche, la primera familia fue detenida y sus miembros están seguros. Tanto por la Constitución como por el bien del país, esto era necesario. Ni Zimbabue ni ZANU son propiedad de Mugabe ni de su mujer. Hoy empieza una nueva era y el camarada Mnangagwa nos ayudará a conseguir un Zimbabue mejor", ha asegurado en su cuenta de Twitter el partido gubernamental zimbabuense.

Simpatizantes de Mugabe, en imagen reciente. Foto: EFE

Simpatizantes de Mugabe, en imagen reciente. Foto: EFE

La toma de la sede de la ZBC

En un comunicado leído en la televisión estatal ZBC -tomada horas antes por militares-, un soldado ha dicho que "solo se está actuando contra criminales (...) que están cometiendo crímenes que están causando sufrimiento social y económico en el país para llevarles ante la justicia".

"Una vez hayamos completado nuestra misión, esperamos que la situación vuelva a la normalidad", ha agregado, comunicando al aparato judicial que "puede llevar a cabo su autoridad independiente sin miedo a una obstrucción".

"Queremos dejar muy claro que no es un toma del Gobierno por parte del Ejército. Lo que las Fuerzas de Defensa de Zimbabue están haciendo es pacificar una situación política, social y económica en deterioro a la que, de no hacérsele frente, podría derivar en un conflicto violento", ha argumentado.

Así, se ha dirigido además a los miembros del resto de fuerzas de seguridad, solicitando que "cooperen por el bien del país". "Que quede claro que queremos hacer frente a las amenazas de seguridad en el país. Cualquier provocación tendrá una respuesta adecuada", ha advertido.

El comunicado ha sido publicado pocas horas después de la toma de la sede de la ZBC, durante la cual los soldados han garantizado al personal que "no debe preocuparse" y asegurado que su objetivo es proteger las instalaciones.

La toma de la sede de la ZBC tuvo lugar horas después del despliegue de carros de combate en las inmediaciones de la capital de Zimbabue, Harare, tras la reciente advertencia del jefe de las Fuerzas Armadas, Constantino Chiwenga, sobre una posible intervención para frenar la "purga" de exguerrilleros en el seno de la coalición política gobernante ZANU-PF.

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