La Cámara de Representantes aprueba la mayor reforma fiscal de EE UU en 30 años

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada en su mayoría por republicanos, ha votado a favor de la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump, la mayor reforma del marco tributario del país en más de treinta años. El Senado también ha aprobado la reforma fiscal, que pasa de nuevo a la Cámara de Representantes. Sin embargo, su aprobación definitiva tendrá que esperar unas horas ya que el voto de la Cámara de Representantes ha quedado invalidado por tecnicismos.

En concreto, la reforma tributaria ha sido aprobada en la Cámara de Representantes con 277 votos a favor (todos republicanos) y 203 votos en contra, de los que 191 son de demócratas y 12 de conservadores.

El Senado, por su parte, ha aprobado el proyecto de madrugada con 51 votos a favor (todos republicanos) y 48 en contra, todos los demócratas.

El plan de los republicanos era aprobar este martes el proyecto de reforma fiscal en el Congreso para que Trump pudiese hoy ratificarlo con su firma en un acto en la Casa Blanca.

Cuando el debate ya había empezado en el Senado, los demócratas hallaron fallos técnicos en el texto aprobado por la Cámara Baja que torcieron los planes de los republicanos y que fuerzan un nuevo voto por la mañana.

Si la votación sigue, ahora sí, de acuerdo con lo previsto, el presidente podría ratificar hoy mismo el proyecto y lograr así su primer éxito legislativo desde que llegó a la Casa Blanca hace casi un año.

Reducción de impuestos a las empresas y hogares de clase media y alta

La versión final del proyecto, que fue publicada en la madrugada del pasado viernes, incluye, entre otras medidas, la reducción de los impuestos a las empresas así como a los hogares estadounidenses de clase media y alta.

En este sentido, se prevé un recorte del Impuesto de Sociedades desde el 35 % actual hasta el 21 %. También incluye una deducción del 20% para propietarios de empresas pequeñas, como asociaciones o empresas individuales.

Al mismo tiempo, incluye siete tramos de impuestos sobre la renta individuales, para lo que establece tasas del 10 %, 12 %, 22 %, 24 %, 32 %, 35 % y 37 %. La tasa máxima, que se aplicará a los estadounidenses con mayores ingresos, se reduce desde el 39,6 % actual al 37 %.

Asimismo, se contempla un impuesto a los beneficios generados en el exterior de hasta un 14 %, con el que el Gobierno estadounidense busca que las empresas repatríen gran parte de los casi 2 billones de dólares que acumulan en sus filiales extranjeras.

Otra de las medidas más polémicas dentro del acuerdo es la derogación de una de las provisiones clave de la reforma sanitaria que adoptó en 2010 el entonces presidente, Barack Obama, y que obligaba a todos los estadounidenses a tener seguro médico o enfrentarse a una multa.