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Capriles, el opositor moderado

El adversario de Hugo Chávez en las urnas se aleja del discurso radical de buena parte de la oposición venezolana.

Henrique Capriles. EFE
Henrique Capriles. EFE
Henrique Capriles. EFE

Redacción

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El abogado y gobernador Henrique Carriles Radonski se ha convertido, a sus 39 años, en el nuevo líder de la oposición venezolana, ofreciendo una imagen radicalmente opuesta a la del presidente, Hugo Chávez, y a la de los partidos tradicionales de su país.

Descendiente de judíos del gueto de Varsovia y biznieto de víctimas del campo de exterminio de Treblinka, Capriles se declara católico practicante y mantiene un discurso en el que trata de alejarse del discurso radical de algunos de sus contrincantes para las primarias.

No tiene problema en reconocer la necesidad de mantener los programas sociales de Chávez, además de subrayar la necesidad de ir al grano, asegurando que él, a diferencia del presidente venezolano, no va a estar hablando durante horas en la televisión.

Con una gorra siempre enfundada en la cabeza, el gobernador Capriles pertenece a la clase alta caraqueña. Por el lado paterno, forma parte de una familia de dueños de medios de comunicación y empresas inmobiliarias, entre otros intereses, y por el ala materna sus parientes poseen un importante complejo de salas de cine.

Pero, aunque sus apellidos están asociados al poder empresarial, Capriles ha procurado desvincularse de una imagen elitista o poderosa para captar simpatías entre las clases más desposeídas.

Pese a su juventud, el político ya cuenta con un grueso currículum. Llegó a gobernador de Miranda tras vencer en las urnas a Diosdado Cabello, una de las piezas duras del Gobierno de Chávez y actual presidente de la Asamblea Nacional (AN).

Además, fue dos veces alcalde del municipio caraqueño de Baruta y hace 14 años se convirtió en el presidente más joven de la desaparecida Cámara de Diputados

Es militante del partido Primero Justicia prácticamente desde su fundación y se ha mantenido en la militancia de este grupo que se ha erigido como uno de las principales organizaciones políticas de la oposición desde el año 2000.

Capriles nunca se ha casado y tampoco tiene hijos aunque se le conocen algunos romances como el que mantuvo durante varios años con la locutora y animadora Erika de la Vega.

119 días en la cárcel

Sus detractores le acusan de "inacción" durante el ataque que sufrió la embajada de Cuba en Venezuela por parte de radicales antichavistas durante el golpe de Estado que sacó a Chávez del poder dos días en abril de 2002.

El entonces embajador cubano en Venezuela, Germán Sánchez, aseguró que Capriles, que entonces era alcalde de la zona donde se encuentra la sede diplomática, no intentó evitar las agresiones y destrozos, con automóviles destrozados y el corte de electricidad y el agua de la legación.

Aquellas acusaciones terminaron con su encarcelamiento 119 días, algo poco habitual en Venezuela, y su caso llegó hasta el final de la vía judicial, donde fue exonerado de culpa.

"Yo lamento que mi buena fe se convirtió luego en una película para llevarme a la cárcel, juzgarme y tener una película de terror todos estos años, a mi me llevaron a la cárcel sin ni siquiera haber sido imputado", indicó Capriles en una entrevista a Efe, al afirmar que él fue a la embajada para garantizar la seguridad de la legación y sus funcionarios.

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