Política -

Chupinazo de 2013

Condenados a 5 meses por desplegar una ikurriña gigante en sanfermines

La sentencia, que puede ser recurrida, afirma que se podría haber creado "riesgo para la integridad física de las personas" que asistían al chupinazo.

Los condenados desplegaron una ikurriña gigante durante el chupinazo de 2013. EiTB
Los condenados desplegaron una ikurriña gigante durante el chupinazo de 2013. EiTB
Making of del despliegue de la ikurriña en el chupinazo de San Fermín

5:25

Redacción

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La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona/Iruña ha condenado a cinco meses de prisión a cuatro de los cinco 'arrantzales barbudos' que desplegaron una ikurriña gigante en la Plaza del Ayuntamiento durante el chupinazo de los sanfermines 2013. El quinto, que grabó la acción, ha sido absuelto.

La magistrada ha condenado a los cuatro 'arrantzales' por desórdenes públicos, con la agravante de disfraz, porque emplearon barbas postizas, gorros de paja y pelucas para desplegar la ikurriña.

Los cuatro condenados, que durante el juicio reconocieron ser los autores de los hechos, tendrán prohibido asimismo acudir a lugares, eventos o espectáculos en los que haya reunidas gran número de personas durante dos años. También les condena al pago de las costas causadas en este delito, incluyendo las de la acusación particular.

La sentencia no es firme, ya que cabe recurso ante la Audiencia de Navarra.

Riesgo para la integridad física

La juez explica en la sentencia que la bandera desplegada "tapaba parcialmente la fachada del Ayuntamiento, incluido el balcón desde el que se iba a tirar el Chupinazo, habiéndose buscado a propósito una colocación muy próxima a la fachada, a 5,83 metros, para conseguir que se viera la bandera desde la práctica totalidad de la plaza".

La sentencia añade que, teniendo en cuenta la proximidad de la bandera al balcón del Ayuntamiento, el cohete "podría haber sido interceptado por la bandera, provocando una desviación de la trayectoria, volviéndola impredecible e imposible de detener hasta que el motor se hubiese consumido completamente, o con la alta probabilidad de que al chocar con ella hubiera prendido la tela".

Así, la sentencia señala que "una vez fuera de la trayectoria programada, o en caso de haber ardido la bandera, se hubiera creado riesgo para la integridad física de las personas que se encontraban en la plaza, en las balconadas aledañas y en las propias del edificio del Ayuntamiento, sin contar con la alarma y movimientos de pánico que en un lugar con tantas personas concentradas se podía originar".

Según la juez, en el momento en que se desplegó la ikurriña había cerca de 10.000 personas en la plaza del Ayuntamiento "colocadas de manera aleatoria sin pasillos para poderse moverse sin impedimento, por lo que cualquier incidente puede generar movimientos de la gente que pueden ser peligrosos para su seguridad, máxime teniendo en cuenta que por el carácter festivo del acto gran parte de los asistentes había ingerido en mayor o menor medida bebidas alcohólicas, y que un porcentaje relevante aunque no determinado de los presentes eran extranjeros, con el consiguiente desconocimiento del lugar y de los actos que se desarrollan en el mismo".

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