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Google dedica un vídeo-doodle a la cineasta Lotte Reiniger

Charlotte Reiniger, nació el 2 de junio de 1899 en un barrio berlinés hace 117 años, y su pasión por las marionetas y el cine hizo que fuera única en el arte del cine y las siluetas.

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AGENCIAS | REDACCIÓN

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Google dedica este jueves, un vídeo-doodle a Lotte Reiniger, famosa por sus películas de animación con siluetas, especialmente 'Las aventuras del príncipe Achmed', al cumplirse el 117 aniversario de su nacimiento.

Charlotte Reiniger, nació el 2 de junio de 1899 en un barrio berlines en la época del Imperio Alemán y falleció en 1981 ya en la época de la República Federal Alemana. Reiniger, fue una cineasta alemana (posteriormente nacionalizada británica), cuya pasión por las marionetas y el cine la llevó a estudiar teatro y a codearse, siendo todavía una adolescente, con la intelectualidad berlinesa de entreguerras y a convertirse en una figura única e irrepetible en la historia del cine.

Cultivó, hasta alcanzar la más absoluta perfección, un arte singular: el de las siluetas recortadas y luego animadas gracias a los trucos cinematográficos. Con unas tijeras y papel negro era capaz de crear universos hechizados, criaturas maravillosas, mágicas alfombras voladoras, hacer aparecer demonios malévolos o crecer palacios voladores desde la nada.

Interesada por el cine desde su adolescencia, especialmente las películas de Georges Méliès, por sus efectos especiales, posteriomente quedaría fascinada por la obra del actor y director Paul Wegener, hoy recordado por sus dos versiones de Der Golem, hasta el punto de que consiguió convencer a sus padres para que le permitieran entrar en el grupo de teatro de Max Reinhardt, al que pertenecía Wegener.

En un intento de llamar la atención de Wegener, se dedicó a confeccionar las siluetas de los otros actores del grupo en sus respectivos papeles. Así logró trabajar con él, realizando siluetas para los rótulos intercalados de las películas Rübezahls Hochzeit (La boda del gigante Ruebezahls" 1916) y Der Rattenfänger von Hameln (El flautista de Hamelín, 1918); y los decorados y accesorios de la película Die schone prinzessin von China (La bella princesa de China, 1916).

Gracias al éxito de su trabajo y a la recomendación de Wegener, consiguió ser admitida en el Institut für Kulturforschung (Instituto de Innovaciones Culturales), un estudio berlinés dedicado a las películas de animación experimentales. Allí realizó su primera película de siluetas, Das Ornament des verliebten Herzens (El ornamento del corazón enamorado, 1919). En dicho estudio conoció también a Carl Koch, con el que se casaría en 1921, y que colaboraría con ella en casi todas sus películas.

En los años siguientes realizó seis cortometrajes, todos ellos con producción y fotografía de su marido. Al mismo tiempo, trabajó en anuncios publicitarios y en los efectos especiales de varios largometrajes de imagen real. Durante esta época, Reiniger se convirtió en le centro de un amplio grupo de ambiciosos animadores alemanes.

En 1923, se le presentó una oportunidad única. El banquero judío Louis Hagen, admirador de su obra, le ofreció financiarle un largometraje, que realizaría en un estudio construido encima de su garaje, cerca de su casa de Potsdam. El resultado fue 'Die Abenteuer des Prinzen Achmed' (Las aventuras del príncipe Achmed), terminado en 1926, el más antiguo largometraje de animación que se conserva, con una trama que es un pastiche de varias historias relacionadas con 'Las mil y una noches'.

La película tuvo éxito tanto de crítica como de público, y Reiniger se anticipó así en una década tanto a Walt Disney como a Ub Iwerks en utilizar la cámara multi-plano para ciertos efectos.

Un año más tarde, Reiniger codirigió, con Rochus Gliese, su primera película de imagen real, Die Jagd nach dem Glück "La búsqueda de la felicidad, 1929), un relato sobre una compañía de teatro de siluetas. En la película interpretaban papeles Jean Renoir y Berthold Bartosch, e incluía una representación de siluetas de 20 minutos, diseñada por Reiniger.

Pero la película se terminó cuando el sonido acababa de llegar a Alemania, y su estreno tuvo que demorarse hasta 1930 para añadir las voces de los actores. El doblaje fue tan malo que terminó por arruinar la película. Reiniger proyectaba un tercer largometraje, basado en la ópera de Ravel L'Enfant et les Sortilèges, pero no consiguió hacerse con los derechos de la obra.

LLEGADA DE LOS NAZIS

Con la llegada al poder del partido nazi, Reiniger y Koch tomaron la decisión de emigrar, pero ningún estado les concedió los visados necesarios para establecerse de forma permanente.

De esta forma, la pareja pasó los años entre 1933 y 1939 viajando de un país a otro, permaneciendo en cada uno todo el tiempo que el visado les permitía. Durante esta época, produjeron unas doce películas. Entre las más conocidas están Carmen (1933) y Papageno (1935), basadas respectivamente en las óperas Carmen de Bizet y La flauta mágica de Mozart.

Al no poder conseguir un nuevo visado, se vieron obligados a quedarse en Alemania. Pasaron la Segunda Guerra Mundial en Berlín. Intentaron un nuevo proyecto, que iba a titularse Die goldene Gans (La oca de oro), que no pudieron concluir por falta de medios.

En 1949, Reiniger y Koch pudieron por fin trasladarse a Londres. Tras realizar algunos proyectos para la Oficina General de Correos, crearon la empresa Primrose Productions.

Carl Koch murió en 1962, pero Lotte Reiniger siguió trabajando. Durante esta época, realizó veinte películas de siluetas, la mayoría de ellas para la BBC, y casi todas basadas en cuentos de hadas clásicos. En 1976 se desplazó a Canadá, donde realizó la película 'Aucassin et Nicolette' para el National Film Board.

En 1972 recibió el Deutscher Filmpreis y luego en 1979, la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania. La cineasta de las siluetas murió en Dettenhausen Baden-Wurtemberg, Alemania, el 19 de junio de 1981, a los 82 años.

Melómana apasionada, hizo bailar sus siluetas al compás de infinidad de óperas, como Carmen, La flauta mágica, Cosi fan tutte y Las bodas de Fígaro. Le preocupaba más la creatividad en el cine que la técnica, por lo que hizo avanzar cinematográficamente el teatro de sombras, un género que hunde sus raíces en Asia desde hace ya mil años. Su talento único no ha tenido sucesor en este terreno.

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