Cerrar

Radio

Radio Euskadi

Radio Euskadi

'Somos Cómplices'

Voelio, el estimulador de la marcha

eitb.com

Personas como Jorge Cardile son las que marcan la diferencia. Este chapista argentino ha logrado diseñar y mejorar en los últimos años un “estimulador de la marcha” para enseñar a su hijo Ivo a andar.

  • Foto: Estimulador de marcha

Personas como Jorge Cardile son las que marcan la diferencia. No es inventor, ni tampoco científico. Jorge es chapista; todo un emprendedor argentino que sabe lo que es para una persona con discapacidad motora volver a mover los músculos de sus piernas y poder caminar. Jorge Cardile es el diseñador de Voelio, un “estimulador de la marcha”, que ideó con la intención de enseñar a caminar a su hijo Ivo. El pequeño, que hoy tiene 7 años, sufre cuadriparexia (debilidad por parálisis). Los médicos le diagnosticaron una parálisis permanente, pero su padre no ha escatimado tiempo, dinero ni esfuerzo en su intento por demostrar que estaban equivocados.

El pronóstico de los médicos no fue nada alentador: la parálisis permanente no le iba a permitir caminar, y el tratamiento previsto tampoco le convencía: había que someter a Ivo a una serie de intervenciones quirúrgicas que no aseguraban resultados y que podían resultar peligrosas.

El primer prototipo lo armó con cajones, maderas y una bicicleta. El “estimulador de la marcha” está compuesto por dos esquíes y un sistema que se mueve como un escalador, a través de una cinta de correr. No sube el ritmo cardíaco, no transpira ni se requiere de ropa deportiva.

Ivo comenzó a utilizar el estimulador con 6 años y los resultados de la rehabilitación son sorprendentes. Hay un vídeo en la web que emociona especialmente: se ve a Ivo, apoyado en la pared, pidiéndole que se aleje un poco más para demostrar que puede superar solo una distancia cada vez mayor. Su sonrisa en esos vídeos... es la mejor de las recompensas.

Ha visto, como una personas que había permanecido 13 años en una silla de ruedas sin levantarse, a los seis días de estar con la máquina logró mantenerse de pie durante ocho minutos. Han pasado por ella pacientes con Parkinson, lesiones medulares, esclerosis múltiples, roturas de meniscos, ligamento de rodillas cruzados rotos...

También han acudido pacientes con asma y problemas del corazón y, al no agitarse en la máquina, han podido recuperar su musculatura y su estado físico, sin afectar las pulsaciones. Ahora asegura que su sueño sería abrir un centro de rehabilitación gratuita que permita atender a la gente con menos recursos.