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La mecánica del caracol

Paleoantropología

El ritmo de crecimiento de los neandertales era parecido al de Homo Sapiens

Antonio Rosas, investigador del CSIC, ha estudiado los restos de un neandertal de cerca de 8 años hallado en la cueva de El Sidrón. Las diferencias en su crecimiento se centrar en cerebro y columna

  • 8:58 min
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Un trabajo dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Rosas ha estudiado los restos fósiles del esqueleto de un niño neandertal para establecer si existen diferencias en el crecimiento de neandertales y sapiens. Según los resultados del artículo que publica Science, ambas especies regulan su crecimiento de forma distinta para adaptar su consumo de energía a sus características físicas. Aplicando los métodos pediátricos de evaluación del crecimiento, este niño neandertal no se diferencia de un niño actual. El patrón de maduración vertebral y el crecimiento del cerebro, así como las restricciones de energía durante el desarrollo, podría haber marcado la forma anatómica de los neandertales.

Los neandertales tenían mayor capacidad craneal que los humanos actuales. Los neandertales adultos tenían un volumen endocraneal de 1.520 centímetros cúbicos, mientras que el del hombre moderno adulto es de 1.195 centímetros cúbicos. El niño neandertal estudiado había alcanzado 1.330 centímetros cúbicos en el momento de su muerte, es decir, un 87,5% del total antes de los ocho años. A esa edad, un niño actual ya ha terminado de desarrollar toda su capacidad craneal. “Desarrollar un cerebro grande tiene un gasto energético importante, por lo que dificulta el crecimiento de otras partes del cuerpo. En los sapiens, el desarrollo del cerebro durante la niñez tiene un alto coste energético, por lo que el desarrollo del resto del cuerpo se ralentiza”, aclara Rosas.

Neandertales y sapiens

El coste energético del crecimiento anatómico del cerebro moderno es inusualmente alto, especialmente durante los periodos de lactancia y durante la infancia, por lo que parece requerir una desaceleración del crecimiento del cuerpo. El crecimiento y desarrollo de este neandertal juvenil se ajusta a las características típicas de la ontogenia humana, donde hay un crecimiento anatómico lento entre el destete y la pubertad, que podría compensar el gran coste energético que supone desarrollar un cerebro tan grande. De hecho, el esqueleto y la dentición de este neandertal presentan una fisiología similar a la de un niño sapiens de la misma edad, salvo la zona del tórax, que es la correspondiente a un niño de entre cinco y seis años, es decir, que está menos desarrollado. “El crecimiento de nuestro niño neandertal no se había completado; probablemente por ahorro energético”, aclara el investigador del CSIC Antonio Rosas.

El único aspecto divergente en el crecimiento de ambas especies es el momento de maduración de la columna vertebral. En todos los homínidos, las articulaciones cartilaginosas de las vértebras torácicas medias y el atlas son los últimos en fundirse, pero en este neandertal la fusión se produce alrededor de dos años más tarde que en los humanos modernos.