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La mecánica del caracol

Ciencia

¿Se puede corregir el daltonismo? y los bichos gigantes del Carbonífero

E.C. | Radio Euskadi

Idoia Mujika repasa cómo ve el ojo humano los colores y qué hace que una persona sea daltónica. Juan Ignacio Pérez Iglesias explica por qué crecieron tanto los insectos hace 300 millones de años.

  • 53:31 min
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Dos tipos de células que tenemos en la retina sirven para percibir la luz. Se trata de los fotorreceptores, que pueden ser bastones y conos. Los primeros captan señales luminosas de baja intensidad y nos permiten ver de noche. Los conos son los encargados de la visión diurna y de distinguir los colores. Los tres tipos de conos que poseemos corresponden a cada uno  de los colores primarios de la luz: el rojo, el verde y el azul.

El químico y físico británico John Dalton, autor del primer modelo atómico, sufría uno de los tipos de ceguera a los colores que existen. En 1794 publicó un artículo que definía por primera vez este fenómeno y que daba una explicación a su causa. Su teoría no era correcta pero su investigación causó tal impacto que la ceguera a los colores se conocer desde entonces como daltonismo. En la mayor parte de los casos se trata de un problema de origen genético. El tipo de herencia más frecuente es la herencia recesiva ligada al cromosoma X, por lo que presenta daltonismo un 8% de los varones frente a un 0,5% de las mujeres. ¿Se puede corregir el daltonismo de alguna forma? Es el tema que nos propone Idoia Mujika, divulgadora del Centro de Física de Materiales de UPV-EHU y CSIC.

Y Juan Ignacio Pérez Iglesias, catedrático de Fisiología de UPV-EHU, nos comenta en sus historias de animales cómo eran los insectos, miriápodos y anfibios gigantes que habitaron nuestro planeta durante el Carbonífero, entre ellos libélulas de 70 cm de envergadura, milpies de un metro de largo…. El sistema respiratorio de los insectos, absolutamente singular en el reino animal, es lo que impide que crezcan en la actualidad más allá de lo que hoy conocemos. Pero hace 300 millones de años la proporción de oxígeno era mayor en la Tierra, lo que permitió el crecimiento de estas especies hasta tamaños que ahora mismo serían imposibles. Esta es la hipótesis que se maneja para explicar el tamaño pasado y presente de los insectos.