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Opinión

La Columna de José Félix Azurmendi (21.03.2015)

JFA

La primavera ha llegado, eclipsada, entristecida: los sucesos de Túnez, Yemen, el Mediterráneo... La final de Copa. La Korrika 19.

La primavera ha llegado, eclipsada, entristecida

Ha arrancado la primavera, una estación y un estado de ánimo supuestamente positivo que dio nombre a una primavera árabe que se prometía engañosamente esperanzadora. Es imposible intentar reseñar esta semana y no darse por enterado de lo sucedido en Túnez, en los Yemen, de lo que sucede todos los días en este Mediterráneo, sus nuevos cadáveres, sus reiteradas actuaciones desesperadas.

Es imposible reseñar esta semana y no darse por enterado de que mañana vota Andalucía y se da inicio así al año más electoralista que haya conocido este reino desde la Transición. Y hoy, lo que suceda en Andalucía se va a leer con atención en todas las otras comunidades como anuncio de lo que pueda suceder en ellas. También en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Foral de Navarra, especialmente en ésta.

Teniendo en cuenta el acierto de Vázquez Montalbán cuando sostuvo que son la Lotería Nacional y las competiciones nacionales de fútbol las que más han hecho por la unidad de este Estado -mucho más que la Constitución, decía- es oportuno tomar nota en este sábado poco primaveral de que Athletic y Barça han formalizado la petición para jugar la final de Copa en el Bernabeu, y a Florentino no le va a quedar más remedio que oficializar igualmente su negativa a prestar esa cancha.

¿Cómo explicar una reacción tan masiva?

Es muy curioso lo que sucede con la pitada al himno de la Monarquía española y a su máximo representante, como curioso es que el himno siga sin letra, también el vasco, por cierto, porque la que existe es de un partido y no de un pueblo. Es evidente que el deporte en general y el fútbol hoy en particular el poder los utiliza, los instrumentaliza políticamente. Es evidente también que no todos los que concurren a una final de éstas características son independentistas ni antisistema. ¿Qué hace que parezca, que se lo parezca especialmente a los nacionalistas españoles, que lo son todos a la hora de pitar, con la excepción de los tribunos?  Seguramente un efecto de masas, un arrastre colectivo, la sensación de que haces el ridículo si no te sumas al pataleo general. Es muy probable por otra parte que sus prolegómenos, las peticiones de desalojar el campo si se produce, de detener a los que pitan, de suspender el encuentro, contribuyan a que la de este año sea especialmente sonora.

¿Algo más, algo distinto en esta semana que termina?

En realidad, yo quería hablar este sábado de la Korrika, de Urepel, de las Navarras, de la muga. Que la Korrika 19 haya dado inicio en las tierras por las que Xalbador paseó sus ovejas está cargado de un gran simbolismo. Sospecho que para la mayoría de los vascos era Urepel un lugar desconocido a pesar de que nuestra historia ha pasado a menudo por sus valles y montes. Decía Fraga Iribarne que era hijo de vasca por la Navarra de Ultra Puertos, lo que era como un compendio de verdades y contradicciones sobre nuestra nacionalidad, sobre nuestro pueblo.

En esa Nafarroa a caballo de una muga artificiosa se asienta este pueblo de nombre primaveral que hemos tenido ocasión de conocer mejor gracias a Korrika y a la emocionante retrasmisión en directo de Euskal Telebista. Korrika bien vale una reflexión a fondo que me la reservo para cuando concluya.