Cerrar

alguien te está escuchando

Sabatina

La columna de José Félix Azurmendi (01/04/2017)

Reflexiones sobre los acontecimientos de la última semana: tras el 8 de abril, ¿Nuevo tiempo para los vascos?

Tx. Ya hemos llegado al 8 de abril y ¿después qué?

JFA. Me parece una pregunta muy procedente. Termine como termine el día -porque como decía ayer todavía uno de los artesanos de la paz más activo, Mixel Berhokoirigoin, todavía hay zonas grises y riesgos-, lo que toca ahora es mirar al futuro, aprender de los errores, aprender también de los aciertos y las enseñanzas que el protagonismo de la sociedad civil está proporcionando. ETA, organización clandestina y jerarquizada con vocación de liderazgo absoluto, entendió finalmente que debía abandonar el todo por el pueblo pero sin el pueblo y dejar en manos de la sociedad la solución de los problemas. También en manos de las Instituciones: las imágenes del largo encuentro entre los representante de las tres que representan en este momento a Euskal Herria, acompañados del verificador internacional, son desde una perspectiva nacional inéditas y esperanzadoras.

Y ahora, ¿cuál debería ser la ocupación mayor? Es normal e inevitable que se preste atención al relato o los relatos, pero se puede hacer para complicar el futuro o para facilitarlo. En este momento, lo que tampoco debe extrañar, las apelaciones a la memoria de cada quien recuerdan en exceso a ajustes de cuentas, pero esto no debería durar demasiado, al menos entre los que, desde la visión y el pasado de cada quien, aspiren a vivir en este país y con esta vecindad. Evidentemente, la distorsión mayor que presenta el panorama presente es la de los cientos de presos dispersos y alejados por las geografías española y francesa, y esta debería ser a mi juicio la ocupación mayor de los tres agentes que han intervenido en el desarme: la gente, los gobiernos, la observación internacional. Reclamaba ayer Mixel, pacifista militante de longa data, respeto al pasado y revolución del espíritu, dos mensajes que invitan a la reflexión y a la construcción del deseable futuro.

Tx. ¿Se puede hablar de que empieza un nuevo tiempo para los vascos?

JFA. Lo que se está viviendo en derredor al desarme, que en su tramo final ha coincidido con el paso de la Korrika por la Euskal Herria continental con gran y alborozada participación, está sirviendo para recordar a los vascos peninsulares que el Norte también existe, que este pueblo habla, baila, vive en tres idiomas. A los planteamientos centralistas de las izquierdas españolas, en esto la otra versión de antes roja que rota, siempre les resultó incómodo el recordatorio de que los vascos viven a caballo o bajo las patas de dos Estados, y no se trata solo de un argumento dialéctico para el debate político. No hay más que comprobar por ejemplo con qué naturalidad vascos de todos los territorios se reconocen de un mismo pueblo cuando se reencuentran en América.

Cabía la esperanza, lo que se podía haber traducido para ellos en diferencia  y  hasta ventaja, de que Podemos fuera también en esto diferente y, en ocasiones, alguno de sus líderes lo es, pero de momento no es evidente, y menos en sus representantes vascos, a los que se ve dubitativos, enmarañados, desbordados.  Quienes solo conozcan del PP las actuaciones de sus actuales líderes vascos pueden tenar la impresión de que es un partido que supedita sus intereses a los de la España toda, que muchas veces son los del todo Madrid. La derecha vasco-española, en sus diferentes manifestaciones, ha tenido presencia y representatividad vasca desde hace mucho, por menos se emplea la fórmula de desde siempre. El PP vasco aparece desnortado y sin rumbo, haciendo una lectura parcial del pasado que le conduce aquí a la marginación. No debería nadie alegrarse por ello. También ellos están convocados al diseño del nuevo tiempo y al nuevo clima. En relación con los socialistas vascos, no ha pasado inadvertido que fuera Rafaela Romero, esposa de Jesús Eguiguren, la que les representara en la foto de apoyo a las gestiones del desarme. Ha llamado menos la atención la ausencia de los socialistas navarros que un día no lejano eran parte de la misma familia. También los partidos políticos abertzales deberían tomar nota del nuevo tiempo y fijarse más en la tarea a compartir que en lo que les distancia. Se puede decir que amanece un nuevo tiempo, y todo el mundo deberá repensárselo.

Tx. ¿Nuevo tiempo también en la Justicia?

JFA. Un tribunal de Bilbao de apellidos sonoramente vascos acaba de redactar una lamentablemente ejemplar sentencia sobre las presumibles torturas a Sandra Barrenetxea por parte de la Guardia Civil. Su redacción es rebuscada y complicada, incluso para los parámetros de cualquier sentencia, tratando de hacer verosímil lo inverosímil. Traslada la impresión de que el tribunal tenía claro que no quería condenar a aquellos cuatro guardias civiles y tampoco quería condenar a la demandante por inventarse torturas. Para ello ha usado un relato del traslado de la detenida de Euskadi a Madrid que produce sonrojo, que en ocasiones puede ser más vergonzoso que decir que provoca indignación. Sus señorías dan por supuesto, por ejemplo, que unos hombrones no pueden desnudar, manosear y trasladar a una mujer dentro de un coche sin que alguien, camionero, cobrador de peaje o gasolinero se percate. Sin que los conductores de coches que circulan en paralelo se den cuenta. Les resulta inconcebible e inimaginable. Hay muchas cosas más en la sentencia, que el optimismo y la esperanza con la que se deberían empezar a vivir los nuevos tiempos aconsejan dejar de lado hoy. Se entendería muy bien que la demandante renunciara a recurrirla, porque nunca se podrán aportar pruebas ante este tipo de razonamientos y razonadores. Y tiene derecho a no pasar de nuevo por el trance, ¡cómo no etenderlo!.