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La noche de

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Reportaje LND

El machismo, bochornoso protagonista de la historia del cine

La noche de' nos muestra algunos ejemplos del machismo más atroz que podemos encontrar en muchas películas.

07:41

El cine es un fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos, y por tanto, muchas películas nos muestran escenas que, hoy en día, serían totalmente censurables, por el machismo y la crueldad hacia las mujeres que emanan.

Como muestra, un monólogo de la película de los años 50 El batallón de las sombras.

"Seamos sinceros: ¿para qué sirve la mujer? Para nada, absolutamente para nada. Que nos cose los botones, nos hace la comida y dice que no estamos en casa cuando alguien viene a cobrar un recibo?, bueno, en algo ha de entretenerse".

Una década más tarde, las cosas no habían mejorado mucho, porque la comedia española de los años sesenta Pero… ¿en qué país vivimos? incluye diálogos como éste:

“A mí si una mujer no cose y no reza, me parece que no es una mujer”.

Los anuncios de televisión eran todavía peores. Cuando el marido se ponía violento y pegaba a su esposa, no era culpa del marido sino de la esposa, por no esforzarse lo suficiente, en complacer al hombre de la casa.

Los malos tratos eran presentados como algo casi natural, incluso en películas de Hollywood como El hombre tranquilo. John Wayne, en una de las escenas más famosas de la película, dice lo siguiente:

“Señor, señor, espere, tome, aquí tiene una buena vara para pegarle a su encantadora señora; gracias”.

Es verdad que El hombre tranquilo transcurre en un pueblo de Irlanda, en los años veinte, y si la película no mostrara el machismo de esa época, no sería realista. Lo malo es que la escena de la vara está contada como si fuera un momento cómico, como si el espectador tuviera que reírse cuando invitan a John Wayne a que pegue a su esposa.

Pero esa violencia era incluso superada en El gran MacLintock, otra película de John Wayne, con la misma actriz de El hombre tranquilo, encarnando de nuevo a su esposa. Ella era Maureen O’Hara, y en los minutos finales de El gran MacLintock, le hacen de todo: Primero la acosa el propio John Wayne, hasta hacer que se caiga por el balcón. Y desde ese momento, con todo el pueblo mirando, y siempre con John Wayne pisándole los talones, la actriz pierde su falda, luego se cae aparatosamente en el abrevadero,después atraviesa una ventana de cristal, y por último, recibe unos azotes de John Wayne, entre las risas de todo el pueblo. Pero lo peor es que, además, John Wayne no le pega con la mano sino ¡con una pala de hierro!

Esta película es de los años sesenta. Y en esa misma década, en el cine español, los protagonistas de Pecados conyugales decían barbaridades como éstas:

“Un gachó ha dejado inservible a la parienta a base de darle con un palo” (…) “En esas circunstancias él tiene derecho a cargársela del tó; y; ¡nada, a la calle en 24 horas!, ¿verdad, Don Félix?”.

Ya en 1982, las hermanas Hurtado protagonizaron una supuesta comedia titulada En busca del huevo perdido, cuyo momento cumbre era un número musical titulado “Pégame”, que incluía frases como ésta: “Quiero que me pegues y arranques mi piel, por eso te grito, por Dios pégame”.

Estas escenas son sólo una muestra, ya que la historia del celuloide nos ha dejado más frases y acciones como esas. Pero, afortunadamente, hoy en día resultan totalmente deleznables y políticamente incorrectas, por lo que difícilmente encontraremos ejemplos parecidos en filmes actuales.