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Curiosidades de cine

¿Es cierto que hubo campos de concentración para cineastas?

eitb.eus

Redacción

'LND' revela el conflicto de los campos de concentración creados para cineastas. Concretamente, repasamos el caso de Dalton Trumbo, que a pesar de los problemas que tuvo, llegó a ser reconocido.

6:57

Según los rumores, los campos de concentración para cineastas fueron diseñados durante la Guerra Fría en las afueras de Los Ángeles, en plena paranoia por la supuesta presencia de infiltrados comunistas en Hollywood. El programa "La Noche de..." analiza los datos.

Precisamente este viernes se estrena Trumbo, una impactante película sobre el más carismático de los cineastas acusados de antiamericanos. Se llamaba Dalton Trumbo, quien llegó a ser el guionista mejor pagado de Hollywood, y escribió guiones tan famosos como los de Espartaco o Vacaciones en Roma. Pero durante años, tuvo que firmar sus guiones con nombres falsos.

Trumbo acabó trabajando con pseudónimo después de ser vetado en Hollywood, debido a sus ideas políticas. Por ellas fue arrestado, juzgado y condenado a 11 meses de cárcel y a una multa de 1.000 dólares. Además, vivió 2 años en México. Se fue allí porque, como se desvela en un impactante documental también llamado Trumbo, el rumor de que en Estados unidos había campos de concentración para cineastas de izquierdas parece ser cierto.  Jean Rouverol, amiga de Dalton Trumbo, también se exilió a México al no poder trabajar en Hollywood, y por miedo a ser encerrada en estos campos.

¿Para qué se crearon?

Originalmente se construyeron para internar a estadounidenses de origen japonés, en la Segunda Guerra Mundial. Pero cuando acabó la guerra, se planteó en serio la posibilidad de encerrar allí a los sospechosos de comunismo. Y en la diana estaban sobre todo los guionistas de Hollywood, de los que se temía que 'Podían infectar las películas con la semilla de su ideología'. Por eso se persiguió especialmente a Dalton Trumbo.

El curioso caso de Dalton Trumbo

Trumbo nunca fue comunista,  por mucho que le acusaran de ello. Y entre los acusadores estaba un jovencísimo Richard Nixon. Pero ni siquiera Nixon podía con Dalton Trumbo, que con su ingenio de guionista le daba la vuelta a los interrogatorios.

James Dalton Trumbo, en sus años mozos, fue corresponsal de guerra en el frente del Pacífico, y escribió películas de propaganda bélica. También escribió una famosa novela pacifista titulada Johnny cogió su fusil, que luego él mismo adaptó al cine. Y varios de sus amigos lucharon en las Brigadas Internacionales contra las tropas de Franco, en la Guerra Civil Española. Eso bastó para hacerle sospechoso de ser un 'posible comunista', en un momento en que muchos en Hollywood se cubrieron las espaldas, despreciando el comunismo con más dureza que nadie. También lo que hicieron el actor Adolphe Menjou, el galán Robert Taylor, o el mismísimo Walt Disney.

En ese ambiente, Dalton Trumbo no sólo fue vetado, encarcelado y exiliado, sino que también perdió su rancho y buena parte de su fortuna. Era un hombre casado y con 3 hijos, así que, para burlar el veto de Hollywood, empezó a escribir guiones usando hasta 13 nombres falsos. Y lo irónico es que, con esos nombres falsos, Trumbo ganó 2 Oscar de mejor guión.

Sus guiones oscarizados fueron los de Vacaciones en Roma y El bravo. Este último lo firmó con el pseudónimo de 'Robert Rich'. Pero como no había ningún 'Robert Rich', recogió aquel Oscar un representante del sindicato de guionistas.

La actriz  Deborah Kerr, y otros muchos en Hollywood, sospechaban ya entonces que Robert Rich era, en realidad, el vetado Dalton Trumbo. Y fue poco después cuanodo al fin cambiaron las cosas para Trumbo gracias a un mítico galán de Hollywood.

Kirk Douglas, protagonista pero también productor de Espartaco, no sólo contrató a Dalton Trumbo como guionista de esta película, sino que además incluyó su nombre en los títulos de crédito. Era la primera vez, en más de 10 años, que Trumbo podía firmar un guión con su propio nombre. El ejemplo de Espartaco desató una reacción en cadena que hizo que todo Hollywood se atreviera, por fin, a dar trabajo a los que fueron injustamente perseguidos por sus ideas. Así, Dalton Trumbo pudo vivir tranquilo el resto de sus días, sin miedo a ser encerrado en un campo de concentración. Solamente volvió a la cárcel para hacer un cameo como carcelero en Papillon, una película de la que también fue guionista.