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Cine

''Le Festival'', de cerca

'La matanza de Texas', el film más 'cool' en el Hilton

Begoña del Teso | Cannes

Vimos otros pedazos de celuloide poderosos el jueves bajo la lluvia en Cannes pero aquel que reclamó la atención hasta de Jane Campion, presidenta del jurado, fue el clásico del horror de 1974.

  • La matanza de Texas

    La matanza de Texas

A Cannes, aunque parezca mentira, no se viene solo por y para ver cine. Ni siquiera solo para comprarlo, venderlo, negociarlo o encargarlo. A Cannes se viene año  tras año  como quienes acuden a las pasarelas de Milán, París o Londres: para palpar, otear, husmear, captar (y copiar, claro) las últimas o las  próximas tendencias. Pero, repito, no solo las relativas a la creación misma, a la producción, a los sistemas de distribución o los soportes de exhibición, sino, incluso, a las relativas a la recuperación y renovada explotación de lo que podríamos llamar, perdón, cinema vintage.

Festival tras festival el nómada que recorre los mil certámenes del mundo se ha ido dando cuenta de la importancia que van cobrando películas de tiempos pasados que vuelven, restauradas y homenajeadas, a las pantallas. Con furia. Dejando a decenas de espectadores a las puertas de las salas llenas.

En 2013 sucedió aquí mismo, en la sala Buñuel con La Bella y La Bestia. Pero claro era un Cocteau. En blanco y negro. Años 30. Pura clase. Sin embargo este 2014, dos filmes en color, años 60 y 70 y además considerados en su momento pura bazofia por la crítica miope, se empoderarán de espacios donde nunca antes se les había permitido entrar.

Saben ustedes que Por un puñado de dólares (1964), una de las primeras joyas del spaghetti western, clausura mañana  Cannes. Sera defendida a muerte en el Auditorium por Tarantino y Uma Thurman (¡20 años ya, amigos, de Pulp Fiction!) pero lo que acaso ignoren es que ayer a las 22 horas el Noga Hilton Hotel, espléndida sede de La Quincena de los Realizadores, se iluminó, se engalanó y se llenó hasta las escaleras que llevan a su casino porque se proyectaba un clásico del horror más impío, uno de esos títulos cuya sola mención nos hace, aun, estremecernos: ¡La matanza de Texas! Sí la que ha tenido diez secuelas y una precuela. La de Cara de Cuero y su sierra mecánica, la de los ganchos de carnicero y la familia caníbal....

Por supuesto que hubo casi tiros para ver lo último de Wenders, The Salt of the Earth, en la que  camina por los paisajes y las vivencias de un fotógrafo mítico, Sebastiao Salgado, pero el  momento de La matanza fue inigualable. Porque además, tiene nuevo estreno apalabrado en las salas más cool, más en forma y más tétricas del planeta.