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Cine

'A escondidas'

Mikel Rueda: '‘A escondidas’ quiere llegar emocionalmente al público'

Natxo Velez | eitb.eus

Mikel Rueda (Bilbao, 1980) estrena "A escondidas" este viernes en las salas comerciales. Las vidas de dos chicos se cruzan y el encuentro aflorará sentimientos que nunca antes habían experimentado.

El cineasta bilbaíno Mikel Rueda estrena hoy en las salas de cine "A escondidas", su segundo largometraje tras "Izarren argia" (2010). En este nuevo trabajo, Rueda, que también escribió la historia, cuenta las vivencias de Ibrahim y Rafa, dos chicos de 14 años a los que la vida pone en el mismo camino y que comienzan a sentir cosas desconocidas para ellos, algo que les hará concentrarse en vivir su historia intensamente.

El film, protagonizado por los actores Germán Alcarazu y Adil Koukouh, fue también uno de los últimos trabajos del actor tristemente fallecido Alex Angulo. Esta primera semana de exhibición la película que se presento en el Festival de Cine de Málaga, podrá verse en los cines Multis y Golem Alhondiga (Bilbao), Getxo Zinemak, Príncipe (San Sebastián), Florida (Vitoria) y Golem Yamaguchi (Pamplona).

Hemos dialogado con Mikel Rueda para que nos hable sobre "A escondidas".

“A escondidas” muestra una historia de amor en la que se introducen temas como la homosexualidad (como ya hicieran recientemente en el cine vasco “Ander” y “80 egunean”) en la adolescencia y las leyes de extranjería. ¿Qué introducen esos dos condicionantes a la película?

“A escondidas” es una historia de amor contextualizada por sus circunstancias, como son que es una relación homosexual y que en ella está implicado un menor inmigrante no acompañado. Es una historia de amor entre dos chicos de 15 años que sienten repentinamente algo diferente a lo que habían sentido hasta entonces, algo que les cambia la vida.

Pero da igual la raza, la orientación… En un momento dado, sienten por primera vez algo que les  gusta y que no pueden controlar. La película habla de algo que nos hace olvidarnos del resto del mundo y concentrarnos en vivir ese nuevo sentimiento intensamente.  Es una historia de amor que pretende emocionar.

¿Qué hace florecer esos sentimientos “escondidos” entre los personajes?

Los personajes comienzan a tener sentimientos nuevos, por eso los ocultan al principio, porque no sabes adónde los van a llevar. No los comparten, en tanto en cuanto no los controlan.

Aún así, por otra parte, también existe, por supuesto, el tabú de la homosexualidad, sobre todo por la edad de los chavales. A esas edades, los chavales ya sienten, y, aunque cuando las relaciones son entre adultos la gente cada vez “las acepta” más, muchas veces los chavales se sienten reprobados.

Quiero reflejar esa situación y hacer ver que da igual el color del amor, porque el sentimiento es bonito, verdadero.

Este, tu segundo largometraje, es una historia más personal de lo que fuera “Izarren argia”. ¿Qué diferencias hay a la hora de plasmar estos dos tipos de proyectos?

“Izarren argia” fue un encargo de la productora Baleuko, que se pusieron en contacto conmigo después de leer el guion de “A escondidas”. Intenté hacer mía la historia, pero, sin duda, es diferente hacer algo que te nace de dentro que algo que te pille más lejos por su época histórica etcétera. Luego, una vez que te metes en un proyecto, sea este cual sea, lo haces con todas las consecuencias, hasta las trancas, e intentas trabajar y hacer llegar las emociones igualmente.

¿Qué acogida tuvo la película en el festival de Málaga?

La verdad es que fue muy emocionante cómo reaccionaron tanto crítica como público ante la película en Málaga, donde la estrenamos. Emociona y te reconforta ver en la pantalla el final de una montaña rusa emocional de siete años, que es el tiempo que llevaba trabajando en el proyecto. Te hace pensar que ha merecido la pena.

Además, en Málaga, aunque no consiguiéramos ningún premio del festival, conseguimos el mayor espaldarazo para la película que es haber conseguido la distribución de la empresa Vértigo, que es una distribuidora que trabaja con referentes absolutos para mí como Sofia Coppola o Gus Van Sant.

Lo que pase ahora a nivel de taquilla y demás no está en mi mano, no lo puedo controlar. Solo pretendo que llegue emocionalmente al público

¿Cómo ha sido trabajar con actores adolescentes no profesionales?

Desde el principio, tenía muy claro que la peli me la jugaba en los chavales, ya que soportan el 95% de la película: tenían que estar creíbles, naturales. Por ello, pedí al productor tiempo y paciencia para hacer la elección adecuada, y vimos más de 4500 chavales por todo Euskal Herria, Madrid y Cataluña.

Una vez realizada la selección, fue fácil trabajar con ellos, pues buscaba exactamente eso: la frescura de aquellos que nunca se han enfrentado a la cámara.

Sí noté que a los chicos, no a las chicas, les falta educar la sensibilidad, porque la expresión de los sentimientos está asociada socialmente a la feminidad. A los chicos les cuesta exteriorizar sentimientos, y tuvimos que trabajar mucho en los ensayos para que llegaran a poder expresarse en libertad. Para ello, hubo que crear una relación íntima con el objetivo de que llegaran a confiar en mí, así que durante el mes de ensayos hablamos de todo: se creó un vínculo muy especial entre los dos actores, la excelente coach de actores Laura Jou y yo mismo.

‘A escondidas’ fue uno de los últimos trabajos del actor Alex Angulo. ¿Cómo fue trabajar con él?

Alex era una grandísima persona y un excelente profesional, qué voy a decir que no se haya dicho ya. Hace siete años llamé a su puerta para explicarle el proyecto, pues el personaje que finalmente interpretó lo había escrito para él desde el principio, y él me la abrió de par en par, estuvimos hablando durante horas. A partir de entonces, Alex estuvo encima del proyecto aunque el personaje, que no es muy extenso, no suponía ningún reto para él; estuvo pendiente del trabajo de alguien que solo empezaba en esto.

En rodaje, por supuesto, fue un padre para los chavales y para el equipo fue un honor y una gozada trabajar con él. Me quedo con que al menos pudo ver la película terminada en Málaga, y le gustó mucho.

¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Estoy trabajando en una historia que quiero rodar en Islandia. Estuve recorriendo la isla durante un mes, a dedo y en tienda de campaña, y me marcó mucho: sus habitantes tienen un contacto especial con la tierra y el contacto con ellos cambió mi percepción sobre varios asuntos. La historia está escrita y estamos en periodo de financiación.

Por otra parte, también estoy trabajando en desarrollar mi corto “Present Perfect”. Se trata de una historia sobre los secretos de familia, muestra aquello que callamos para no alterar el ecosistema familiar. Los miembros de una familia se ven obligados a estar juntos, por lo que tienen que derribar el muro que han construido entre ellos.