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Zinemaldia

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Entrevista

''Leyenda dorada' mezcla nostalgia, esoterismo extraño y cierta mística local'

Natxo Velez | eitb.eus

El cineasta guipuzcoano Ion de Sosa presenta en el Zinemaldia 'Leyenda dorada', cortometraje codirigido junto a Chema García Ibarra.

  • Ion de Sosa

    Ion de Sosa presenta 'Leyenda dorada' en la sección Zabaltegi-Tabakalera

Euskaraz irakurri: ''Leyenda dorada'k nostalgia, esoterismo bitxia eta mistika nahasten ditu'

Después de estrenarlo el pasado mes de febrero en la Berlinale, Ion de Sosa (Urnieta, 1981) y Chema García Ibarra (Elche, 1980), llevan su cortometraje Leyenda dorada en la sección Zabaltegi-Tabakalera de la 67ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

El trabajo retrata con calidez y valiéndose de actores no profesionales una tarde de verano cualquiera en la piscina municipal del pueblo de Montánchez (Cáceres). Eso sí, no se trata de una tarde aburrida: lo cotidiano y superficial se mezcla con lo más tremendo y extraordinario durante los once minutos rodados en 16 mm.

Hablamos con De Sosa a las puertas del Zinemaldia.

El cortometraje se mostró en la pasada edición de la Berlinale, donde ya habías mostrado anteriores trabajos. ¿Qué tal fue la experiencia? ¿Qué recepción tuvo?

Sí, tuvimos la suerte de estrenar en Berlinale, un festival donde tanto Chema como yo ya habíamos estrenado trabajos anteriores hechos por separado. Tuvo una acogida muy buena, el canal Arte nos compró los derechos de emisión para Francia y Alemania.

Eso para nosotros es un éxito ya que ahora, desde la productora que tengo junto a Leire Apellaniz, estamos coproduciendo el primer largo de Chema García Ibarra, Espíritu sagrado, y esto puede generar que se interesen también por la película.

¿Cómo has trabajado a cuatro manos junto a Chema García Ibarra, con el que ya habías colaborado en anteriores proyectos?

Tenemos mucho en común: el gusto por una puesta en escena austera, los encuadres equilibrados, los planos inmóviles, el amor por los actores no profesionales, el rechazo a la solemnidad y el mismo sentido del humor.

Nos conocimos en el año 2013, en un kebab berlinés, durante el festival de cine. Desde entonces, Chema coescribió conmigo y junto al también guipuzcoano Jorge Gil Munarriz el guión de Sueñan los androides, un thriller retro futurista inspirado en Blade Runner y ambientado en Benidorm que dirigí yo.

En 2016, hice la dirección de fotografía de La disco resplandece, dirigida por Chema y ganador de una Mención Especial en la sección Zabaltegi-Tabakalera del Festival de San Sebastian de 2016. En Leyenda Dorada compartimos por primera vez la autoría de una película, y es una gran alegría para nosotros volver con ella al Festival de San Sebastián de este año.

¿Por qué decidisteis situar la historia en una piscina de pueblo?

Mi madre, Ana, es de un pequeño pueblo de Extremadura donde todavía vive una pequeña parte de mi familia. Lamentablemente, después de la muerte de mis abuelos se vendió la casa que era el lugar donde nos reuníamos, sobre todo muchos primos, durante los meses de verano. Creo que tiene que ver con cierta nostalgia de la niñez.

Por otro lado, en el 2017, un año antes del rodaje, fuimos Chema, Leonor Díaz (la directora artística) y yo a pasar unos días allí, y se quedaron prendados del paisaje donde está enclavada la piscina. Era, sin duda, un lugar carismático donde podríamos construir esta fantasía entre lo real y lo sobrenatural.

En la historia se cruzan con naturalidad elementos costumbristas con acontecimientos extraordinarios. ¿Está sobrevalorado el realismo en el arte?

Chema supo sintetizar muy bien en el guión la sensación de nostalgia de la que hablaba antes con un esoterismo extraño y cierta mística local.

De alguna manera, la película pone a la misma altura los milagros, símbolo de la iconografía cristiana, con la ciencia ficción, representada como un extraño moco verde extraterrestre. A los bañistas de nuestra piscina estos acontecimientos sobrenaturales o mágicos les son indiferentes.

Tratamos de construir una atmósfera potente donde la piscina fuese el elemento principal y el agua uno de los protagonistas.

¿Cómo ha sido trabajar con actores no profesionales? 

Bastante fácil. Tanto Chema como yo estamos acostumbrados a trabajar con actores no profesionales en nuestras películas. En este proyecto concreto, hicimos un casting en el pueblo al que no se presentó casi nadie. Cogimos a todo el que se presentó, y después tuvimos que completarlo yendo por los bares comentando el proyecto y haciendo casi una búsqueda de personas puerta a puerta. 

En el rodaje, para no liar a las personas, yo ejercía más de director de fotografía y Chema se ocupaba de conseguir lo mejor de los actores, les dirigía él. La gente normalmente lo hace muy bien.

Tras este presente exitoso, ¿qué futuro le auguras a Leyenda dorada? 

Pues, recientemente han seleccionado Leyenda dorada para el catálogo de Kimuak 2019, y eso me da mucha confianza porque son unos distribuidores con muchísima experiencia que seguro que nos van a ayudar a llegar al mayor número de espectadores posible.

¿Cómo vives el Zinemaldia? ¿Qué supone para un donostiarra mostrar su película en ese entorno?

 (Ja, ja, ja) ¡Yo soy de Urnieta! Igualmente, es un honor inmenso estar seleccionado en Zinemaldia como codirector por primera vez. Poder invitar a los tuyos a la proyección y saber que formas parte de una selección tan cuidada y tan exigente, es hermoso.

Es un icono cultural de la ciudad, y genera que en Guipúzcoa haya un público abierto y crítico.