Literatura
Poesía
Salen a la luz varios escritos inéditos de Leopoldo María Panero
Redacción
El poeta falleció el pasado 5 de marzo en Las Palmas de Gran Canaria; hoy, se han hecho públicos varios poemas, textos en prosa y cartas que Panero guardó en una caja y dio a un vecino.
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Leopoldo María Panero falleció el pasado 5 de marzo
Leopoldo María Panero (1948-2014), recientemente fallecido, dejó abandonados en la vivienda que ocupó durante años en Las Palmas de Gran Canaria, varios poemas, cartas y otros efectos personales.
Uno de los poemas está mecanografiado sobre una cuartilla con el membrete del centro psiquiátrico Hermanos San Juan de Dios de Arrasate, una de las instituciones sanitarias por las que pasó el poeta a lo largo de su vida, y consta de doce versos:
"Un ciervo herido es el que más salta
lo oí decir a un antiguo cazador
no es sino por el éxtasis de la muerte
que actúa el freno.
La piedra golpeada brota en manantial
el acero pisoteado se comba
una mejilla está siempre más roja
justo donde más pica.
La alegría es el caballero de las angustias
en ella resguarda su brazo
para que nadie pueda ver la sangre
y gritar: 'Estás herido'.
El periódico Canarias7 publica hoy los poemas, textos en prosa y cartas que Panero, fallecido la semana pasada en el Hospital Juan Carlos I de Las Palmas de Gran Canaria, entregó en una caja a un vecino de la ciudad, junto a libros de otros autores dedicados a él y algunas fotografías.
El editor del poeta, Antonio J. Huerga, ha confirmado que esa composición no figura en ninguno de los textos publicados de Leopoldo María Panero, como tampoco lo están otros de los escritos guardados en esa caja abandonada.
Entre ellos, aparecen otros dos poemas firmados junto con José Luis Pasarín Aristi y Mariano Íñigo en el bar Noski de Arrasate "un 14 de febrero cualquiera":
Las linternas de la luna
"Tus ojos tienen la sed de los presos
y el amor de las salvas,
y caigo bajo la luna
que dibuja sola mi figura
en la celda del condenado a muerte
en la celda de la nada
donde los cuernos de un ciervo embisten a la razón.
¿Qué hay en este bosque
además del esperma amarillo de los sauces?
La risa atormentada de los labios de una ninfa.
El beso de los ahogados
"Toco húmeda la vagina
en donde nadie me espera
oí tu voz una noche
en la cual los gatos hacían un collar de pétalos azules.
Luego había unas florecillas que olían a mierda
y una muchacha se recreaba
mirando el culo de una libélula,
era un 14 de febrero en Arrasate
mientras me mirabas el alfabeto
y el futuro yacía a los pies del desastre."
Esas composiciones han salido ahora a la luz con el consentimiento de su dueño, que ha querido permanecer en el anonimato, después de estar durante años guardadas en una caja con varias posesiones que Panero le dejó en una vivienda donde residió a su llegada a Las Palmas de Gran Canaria, hace 16 años, antes de ingresar en el hospital donde falleció finalmente.