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Literatura

Literatura comparada

Frederik Verbeke: 'La interculturalidad ha sido silenciada'

Natxo Velez | eitb.com

Frederik Verbeke ha investigado las relaciones interculturales entre el País Vasco y Bélgica entre 1880 y 1936, y llama a reescribir la historia literaria desde lo intercultural en su tesis doctoral.

  • Foto: Andrea Schmitz

    Foto: Andrea Schmitz

El filólogo Frederik Verbeke (Gante, 1975) acaba de defender en la Facultad de Letras de la UPV la tesis 'Comparatismo e interculturalidad entre Bélgica y el País Vasco (1880-1936)', que ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude.

La investigación, dirigida por los profesores Jesús Camarero y Jon Kortazar, analiza algunos intercambios que se produjeron entre el País Vasco y Bélgica a finales del siglo XIX y principios del XX, defiende que las investigaciones sobre relaciones interculturales entre sociedades multilingües y 'periféricas' pueden aportar una visión nueva a la literatura y llama a hacer más visibles las dinámicas interculturales en la historiografía literaria.

Hemos charlado con el autor del trabajo de investigación, de cara a que nos pormenorice el estudio.

¿Hubo algún hecho concreto que te llevara a relacionar la cultura vasca con la belga? ¿Cuál fue el detonante para establecer la conexión entre estas dos culturas?

Hubo sobre todo un detonante autobiográfico. He nacido en Flandes, y me he instalado en el País Vasco después de haber estudiado Filología Románica en la Universidad de Gante y un año Erasmus en Italia, dónde conocí a mi mujer y dónde descubrí por primera vez la cultura vasca gracias a los compañeros de la UPV. Al poco de llegar al País Vasco, encontré en una librería de Bilbao un ejemplar de la "España negra" de Darío de Regoyos, figura emblemática en la historia del arte del País Vasco, y Émile Verhaeren, poeta flamenco y figura emblemática de la literatura francófona de Bélgica. A partir de allí surgió la idea de investigar los intercambios entre Bélgica y el País Vasco.

¿Por qué has acotado la investigación a las relaciones interculturales establecidas entre finales del siglo XIX y principios del XX?

Es un período en el que las dinámicas interculturales entre "periferias" europeas se hicieron más intensas. Muchas culturas "periféricas" europeas intentaron en aquel período adquirir una mayor autonomía y hacerse visibles en el mapa cultural europeo. Es un período en el que muchos agentes socioculturales de "pequeños" países percibieron similitudes entre sus espacios literarios (y políticos) emergentes y se tomaron mutuamente por modelos para luchar contra la dominación de los grandes sistemas.

También he elegido este período porqué se produjeron intercambios en diversos ámbitos, desde intercambios artísticos hasta intercambios ideológicos, con el acercamiento entre el movimiento flamenco (Vlaamse Beweging) y el nacionalismo vasco, pasando por intercambios de tipo económico. Ahora bien, no es el único período en el que se han producido intercambios entre ambos territorios. También en los siglos XV y XVI se produjeron numerosos intercambios, cuando los mercaderes vascos llevaron lana y hierro a los puertos de Gante y Amberes, y artesanos flamencos embellecieron las iglesias de Euskal Herria.

¿Cuáles fueron las principales relaciones interculturales entre artistas belgas y vascos en ese periodo?

Varios artistas y compositores vascos pasaron algún tiempo en Bruselas, sobre todo Darío de Regoyos, que mantuvo una estrecha relación con los principales protagonistas de la vanguardia literaria y artística belga de aquel momento y que transfirió al País Vasco sus experiencias bruselenses. Gracias a él, importantes artistas belgas participaron en las primeras exposiciones de arte contemporáneo en Bilbao, las obras poéticas de Émile Verhaeren se difundieron entre artistas y escritores vascos, y su traducción e ilustración de las notas de viaje de Verhaeren tuvo una gran influencia en el imaginario del Fin de Siglo. En el ámbito literario, hay que citar también el interés de Miguel de Unamuno por las literaturas francófona y neerlandófona de Bélgica. Fue un gran admirador de Maurice Maeterlinck y leyó la obra de Guido Gezelle en su versión original, ¡en neerlandés! En la literatura vasca, cabe citar la peculiar traducción que hizo Karmelo Etxegarai de un cuento del escritor flamenco Hendrik Conscience, una traducción que se produjo en 1891 cuando la producción literaria en euskera en prosa era aún muy escasa. A través de esta traducción, Etxegarai quiso contribuir a generar un nuevo repertorio literario en euskera, pero también una identidad vasca. Fue una traducción muy particular, ya que Etxegarai sustituyó todas las referencias a Flandes por unas referencias a Euskal Herria.

¿Llegó a dejar esta relación algún rasgo tangible en la obra de los artistas implicados en ella?

Sí, por supuesto, del mismo modo que se pueden apreciar los efectos de las dinámicas interculturales en casi cualquier obra literaria y artística. El problema es que la historiografía tradicional no se suele fijar en esa interculturalidad, al contrario, la suele silenciar o minimizar. Al servicio de los Estados-naciones, las historias al uso intentan mantener una visión homogénea, regida por un principio que hace coincidir de antemano una lengua, una literatura, una nación. Todo lo que cuestiona ese principio y que pone de manifiesto la heterogeneidad y la interculturalidad se suele quedar al margen. En vez de dejar las dinámicas interculturales en un segundo plano, he querido en mi tesis llevarlas a un primer plano, convertirlas en el eje central de la investigación, e ilustrar así el interés de este tipo de enfoque para aportar una visión diferente de obras y autores tan conocidos como Unamuno por ejemplo.

¿Cuál fue el papel que Unamuno otorgaba al imaginario de Teniers en la construcción de la identidad vasca?

A finales de los años 1880, Unamuno consideró que no había nada más parecido a las romerías vascas que las que el pintor flamenco David Teniers (1610-1690) plasmó en sus obras y vio en Teniers un modelo para un arte vasco costumbrista.

La relación entre dos literaturas periféricas como son la belga y la vasca, pasa por el filtro de la traducción; es decir, tienen necesidad, en muchos casos, de recurrir al idioma de la cultura dominante para llegar a la otra cultura periférica ¿Desvirtúa esto la relación entre ellas?

Es la gran paradoja de muchos intercambios entre culturas "periféricas". Los intercambios pasan a menudo a través de los centros de los grandes sistemas culturales dominantes de los que precisamente buscan diferenciarse. Cuando Karmelo Etxegarai traduce a Hendrik Conscience al euskera, lo hace después de su consagración en París y utilizando la traducción francesa. No obstante, en su estrategia de traducción difiere mucho de la estrategia de traducción que dominaba en París, y consigue así diferenciarse del modelo parisino. Unamuno, por el contrario, dominaba la lengua neerlandesa y podía tener (y tuvo) un acceso más directo a las obras literarias de Flandes. Sin embargo, cuando recurre a la imagen de Flandes y de las romerías de Teniers, se limita a reproducir una imagen bastante estereotipada de Flandes, una imagen que dominaba en las grandes literaturas europeas.