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Reportaje de eitb.com

La cooperación, otra forma de aprovechar las vacaciones

ONGs como AIPC Pandora organizan proyectos para voluntarios que deciden dedicar su verano a la cooperación y marcharse allí donde consideran que pueden ayudar.

Amaia Akordagoitia

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Existen infinidad de alternativas para ocupar nuestras vacaciones estivales. Algunas personas deciden invertir sus días libres en implicarse en iniciativas a favor de las poblaciones más necesitadas. Es el caso, entre otras organizaciones, de la Asociación para la Integración y Progreso de las Culturas Pandora (AIPC Pandora), que a través de grupos de voluntarios intentan aportar su granito de arena allá donde más lo necesitan.

AIPC Pandora es una organización sin ánimo de lucro que trabaja para la promoción de la ciudadanía activa a través de diferentes formas de solidaridad como la participación social y la educación para el desarrollo. Para ello, coordina "acciones de voluntariado nacional e internacional, microproyectos de cooperación y programas de formación socio-cultural", tal y como explica su directora de proyectos Ana Eseverri.

Mediante la participación social en diferentes ámbitos y con el fin de que los ciudadanos se conozcan y se impliquen en acciones a favor de las poblaciones más necesitadas, una de las propuestas de AIPC Pandora es que sus voluntarios viajen a otros países. Una de las iniciativas se llevará a cabo por primera vez este año. Se trata del microproyecto que se desarrollará en Tanzania, elaborado en colaboración con Cruz Roja Tanzana.

Los albinos, una vida amenazada

Los albinos son víctimas de un macabro contrabando que está alimentado por el fetichismo y la superstición en Tanzania. En los últimos años, se ha denunciado la oleada de asesinatos de albinos, para después vender partes de su cuerpo. Además, en muchas ocasiones, son acusados de brujería y sufren el repudio de sus comunidades y de sus familiares. Una realidad a la que se enfrentan los cooperantes que participan en este proyecto.

Diez voluntarios, entre ellos una vasca y dos navarras, viajarán al centro de educación primaria de Kabanga. "El centro alberga a 659 alumnos de educación primaria, así como a un total de 147 estudiantes con necesidades especiales: 53 son albinos, 44 ciegos, 22 discapacitados físicos, 15 sordos y otros 13 tienen algún tipo de discapacidad mental", apunta la organización. Aunque el centro cuenta con 34 profesores, sólo cuatro se ocupan de los alumnos con necesidades especiales, incluyendo a los albinos, que requieren de una atención especial "dadas las circunstancias que han sufrido".

"Nuestra tarea será incentivar y motivar a los refugiados", explica Carmen Muñoz, la voluntaria vasca que se ha unido a la misión de AIPC Pandora y el próximo 1 de agosto pondrá rumbo a Tanzania. La experiencia es excitante para Muñoz y afirma que, junto al resto de compañeros que le acompañarán en su viaje, tiene "grandes pretensiones".

21 días y mucha ilusión

Durante 21 días tienen previsto dedicarse a "la instalación de un panel solar para el aula informática y cinco ordenadores con software Jaws, especial para invidentes". Además, dotarán el campo de refugiados de dos impresoras braille y dos maquinas de coser para la puesta en marcha de un taller de costura".

Asimismo, apoyarán a los cuatro únicos profesores que centran su atención en los alumnos con necesidades especiales. " En mi caso, por ejemplo, intentaré echar una mano con las clases de inglés", explica Muñoz.

Este proyecto se desarrolla por primera vez y es algo que ilusiona especialmente a sus participantes. "Ha sido muy bonito montar el proyecto desde el principio, aunque todavía no sabemos qué vamos a poder hacer", explica Muñoz. Los voluntarios han participado en un programa de formación para poder poner en marcha todas las iniciativas informáticas como de voluntariado y cooperación que engloba el proyecto en Tanzania.

En ese sentido, Muñoz, que participa en una iniciativa de estas características por primera vez, comenta lo que les han explicado sobre la experiencia: "La idea que debemos tener clara es que el cooperante tiene una necesidad personal. Se trata de algo que quieres satisfacer en ti mismo". Asimismo, recuerda que AIPC Pandora les ha advertido de que en este tipo de experiencias el cooperante vive diferentes etapas: "En primer lugar se experimenta la euforia de llegar y querer hacer muchas cosas. En segundo, viviremos un periodo de frustración, cuando veamos que muchas de las cosas que queríamos hacer no serán viables simplemente porque ellos tienen otra manera de vivir. Después, llega la integración, una fase en la que te adaptas a la realidad que te rodea de tal manera que te parece que cuando vuelvas vas a poder seguir haciendo lo mismo. Finalmente, vendrá la tristeza, la parte en la que te despides".

En todo caso, este grupo de cooperantes pondrá en marcha el proyecto, pero su intención es que se siga desarrollando con los años y que otros cooperantes puedan mantenerlo en el tiempo. De momento, una manera diferente y solidaria de viajar y, sobre todo, de sumergirse en la cultura y la realidad del destino que se visita. El balance, lo realizarán a la vuelta.

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