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Análisis

Un pacto para el deshielo

Iñigo Herce

Iñigo Herce

- Redacción -

La firma del pacto PNV-PSE no se ha salido del guión, pero sus tres protagonistas han presentado una imagen relajada y sonriente durante la rúbrica del acuerdo en Lehendakaritza.

La frialdad y gelidez que han presidido las relaciones entre el PNV y el Partido Socialista de Euskadi durante los últimos años han dado paso al primer gran acuerdo político entre ambas formaciones. La rúbrica no se ha salido del guión, pero sus tres protagonistas han presentado una imagen relajada y sonriente durante la rúbrica del acuerdo en Lehendakaritza.

La dureza de la crisis económica, que afecta en primer lugar a las personas y a las empresas, pero también, y mucho, a las instituciones públicas, ha obrado el milagro. Pero también la atípica situación política que se vive en Euskadi, donde ningún partido ni ninguna institución tiene una posición de suficiencia que le permita prescindir del apoyo de otros. La política vasca había olvidado, salvo casos puntuales, los acuerdos de calado entre partidos rivales.

"Un gran día para el conjunto de este país". Así lo ha definido Andoni Ortuzar sin ningún ambage. Tampoco el lehendakari no ha escondido su satisfacción ante quien le precedió en el cargo.

Han sido necesarios varios meses de conversaciones, de reuniones no exentas de tensión, en las que el no del PSE-EE a los presupuestos de 2013 fue el punto de inflexión que abrió el escenario que ha hecho posible el pacto.

El acuerdo permite a los socialistas presentarse como un partido que ejerce su labor de oposición desde la responsabilidad y visión de país. Pese a ser la tercera fuerza política del país, el pacto les sitúa en la foto como partido clave. Al mismo tiempo, ofrece a Patxi López marcar el acento en el carácter más equitativo y progresivo de la política fiscal, lo que refuerza su perfil político de izquierdas.

El PNV y el lehendakari Urkullu ganan un margen de tranquilidad para la presente legislatura. Habrá que ver si el carácter de "primus inter pares" que se ha ganado el PSE-EE posibilita incorporar al Partido Popular, necesitado también de protagonismo para no quedarse fuera de la foto, y cuyos votos se antojan necesarios para la aprobación de la reforma fiscal en los diferentes territorios. Mientras, EH Bildu tiene el terreno despejado para convertirse en el partido que encabece casi en exclusiva la labor de oposición al PNV, un papel que a buen seguro ejercerá con convicción.