Política
Nanclares de la Oca (Álava)
Seis presos se desvinculan de ETA "por voluntad propia"
Redacción
El abandono coincide con la huelga de hambre anunciada por los presos y meses después de que el Ministerio del Interior iniciase una política de premios y castigos entre los presos.
Seis presos de ETA que cumplen condena en la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca han anunciado que se desvinculan de la organización armada "por voluntad propia" en una carta a la que ha tenido acceso El Pais, según ha informado en su edición de hoy.
Los ex miembros de ETA que se desvinculan son Fernando de Luis Astarloa, Josu García Corporales, Luis María Lizarralde Izagirre, Andoni Altza Hernández, José Manuel Fernández de Nanclares y José Antonio Hernández Velasco.
Todos ellos están internados por distintas causas en el penal de Nanclares de la Oca. En su carta, los presos aclaran que en ningún caso han sido "expulsados" sino que dejan ETA "por voluntad propia" y recuerdan que su situación es similar a la de otros nueve miembros de ETA que abandonaron la organización en los últimos meses (José Luis Álvarez Santacristina, Txelis; Kepa Pikabea, Joseba Urrusolo Sistiaga, Karmen Gisasola, Iñaki Rekarte Ibarra, Andoni Muñoz Berrio, Valentín Lasarte, Esteban Murillo y Jorge Uruñuela).
De esta forma, defienden que estos nueve presos "tomaron la decisión de desvincularse del colectivo de presos políticos vascos" y fue posteriormente cuando ETA anunció públicamente la expulsión de todos ellos, después de haber recibido sucesivas críticas por el mantenimiento de "la lucha armada".
Entre las muestras de distanciamiento de ETA, Fernando de Luis Astarloa, por ejemplo, formó parte en 2003 del grupo de centenar de presos que no secundaron en la cárcel una protesta de autoaislamiento, con la negativa a salir de las celdas salvo para las comidas.
También coincide con "la dinámica de lucha" a modo de huelga de hambre que el colectivo de presos políticos vascos (EPPK) mantiene desde el lunes en las cárceles españolas y francesas, y a la que se han sumado Arnaldo Otegi y otros miembros de Batasuna encarcelados y llega meses después de que el Ministerio del Interior iniciase una política de premios y castigos entre los presos de ETA por medio de acercamientos y alejamientos.