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Jesús Torquemada

Análisis

Trump ya no distingue entre amigos y enemigos

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

Nunca se habían escuchado en una cumbre del G7 insultos como los que Trump ha lanzado contra el primer ministro canadiense Trudeau, ni palabras tan duras como las que los otros han usado contra Trump.

Donald Trump ha conseguido crear una crisis diplomática formidable. Al parecer, Trump ha decidido que Estados Unidos no necesita amigos. Si no, no se explica que esté tratando a los amigos de Estados Unidos como si fueran enemigos. El G7 es, o habrá que decir era, el club de las potencias económicas que se consideran a sí mismas democráticas. Representan a eso que se suele llamar "el mundo occidental". La actitud de Trump ha llevado a que las diferencias en materia de comercio se hayan convertido también en diferencias políticas.

Nunca se habían escuchado en una cumbre del G7 insultos como los que Trump ha lanzado contra el primer ministro canadiense Trudeau, ni palabras tan duras como las que los otros han usado contra Trump. Habría que remontarse a 2003, cuando Bush lanzó la invasión de Irak, para encontrar un momento de tanto distanciamiento entre Washington y sus aliados. Con una diferencia: entonces no existía Twitter. Aquella crisis se manejó con los métodos diplomáticos tradicionales. Los gobiernos exponían sus posturas mediante declaraciones oficiales; los presidentes cuidaban sus palabras; firmaban comunicados conjuntos y los respetaban, más o menos. Ahora, Trump se ha cargado con un simple tuit el comunicado conjunto de la cumbre del G7.