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Jesús Torquemada

Análisis

Las eternas dudas de Corbyn

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

Hasta ahora el líder laborista ha estado entre la minoría a la que no le gusta la UE. Tras los malos resultados de las elecciones europeas, ha cambiado de bando.

En el Reino Unido, en las recientes elecciones europeas, el Partido Liberal Demócrata fue a las urnas con un eslogan muy claro: "A la mierda el brexit". El Partido Laborista llegó a la cita electoral con su división interna sobre el brexit, propiciada sobre todo por la falta de claridad de su líder, Jeremy Corbyn. El resultado fue que el Partido Liberal Demócrata adelantó al Partido Laborista, que cayó al tercer cuarto puesto. La responsabilidad de la división laborista es de Corbyn.

A Corbyn no le gusta la Unión Europea, nunca le ha gustado. En el referéndum del brexit, hace tres años, hizo campaña con desgana, no puso ningún entusiasmo en defender la permanencia. Dentro del partido, hay una minoría de militantes a los que tampoco les gusta la Unión Europea, frente a una mayoría que apoya sin dudas la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Corbyn, hasta ahora, había elegido ponerse del lado de la minoría.

Tras el resultado de las elecciones europeas, cambia de bando. Pide al próximo primer ministro conservador que someta al brexit a un segundo referéndum, y anuncia que en ese referéndum, esta vez sí, él pedirá la permanencia con más ganas que hace tres años. Lo que no aclara es qué hará en el caso de que se adelanten las elecciones, si suspenderá definitivamente el brexit o si intentará negociar otro acuerdo con Bruselas.