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Felipe Etxebarria

Análisis

Las bolsas internacionales, de récord en récord

Felipe Etxebarria

Felipe Etxebarria

Los economistas lo atribuyen a los bajos tipos de interés que aplican los principales bancos centrales del mundo.

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Ni la crisis entre EE.UU. e Irán, ni las disputas comerciales, ni el próximo brexit están repercutiendo en los mercados bursátiles más importantes del mundo, que no dejan de subir y batir nuevos récords.

Durante estos días las bolsas de Estados Unidos han alcanzado los niveles más altos de su historia. El  pasado viernes el Dow Jones de Nueva York alcanzó por primera vez el nivel más alto de su historia, 29.000 puntos. También el Dax de la bolsa de Frankfurt está en camino de batir un nuevo récord. Según las expectativas de los inversores, en breve puede alcanzar los 14.000 puntos. Y el IBEX 35, pese a su última bajada a los 9.400, seguirá teniendo una tendencia alcista, según los expertos.

Todo ello ocurre en un momento de gran incertidumbre política en la escena internacional. La guerra comercial entre China y EE.UU. puede reiniciarse en cualquier momento. Continúa sin resolverse la disputa entre Irán y EE.UU. Las repercusiones económicas de salida del Reino Unido de la UE no están todavía claras. Y las perspectivas de crecimiento de la economía son más bien modestas. Pero todo ello aparece en abierta contradicción con el optimismo de las bolsas.

¿Cuál es la razón?

Los economistas lo atribuyen a los bajos tipos de interés que aplican los principales bancos centrales del mundo. Ello hace que la compra de deuda pública reporte tan pocos beneficios, que los inversores se ven empujados a buscar en el mercado bursátil unos rendimientos más sustanciosos.

Además, los tipos de interés son tan bajos, que los inversores se dan por satisfechos, si obtienen márgenes no mucho mejores, y por ello, se muestran dispuestos a asumir el riesgo que supone el mercado variable. Significa también que, ante esta expectativa, están dispuestos a comprar acciones a precios superiores de lo que lo harían en tiempos de altos tipos de interés. Esta demanda hace que el precio de las acciones no deje de subir, mientras no se vislumbre en el horizonte una subida de los tipos de interés.