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Felipe Etxebarria

Análisis

El desastroso legado de Donald Trump

Felipe Etxebarria

Felipe Etxebarria

Trump es el primer dirigente que pierde el poder fundamentalmente por su gestión de la pandemia. Deja también un país y su propio Partido Republicano muy dividido.

Trump despide su mandato con un desastroso balance de 400 000 muertos, debido a su caótica gestión de la pandemia. Ha sido el resultado de una mezcla de arrogancia, cinismo, desprecio de los científicos y de mentiras características del hasta ahora presidente de Estados Unidos. Si hace cuatro años prometía poner a Estados Unidos a la cabeza de sus prioridades (“America First”), abandona el poder con el país más dividido que nunca, sacudido por una violencia política desconocida y una pandemia fuera de control.

Trump es el primer dirigente que pierde el poder fundamentalmente por su gestión de la pandemia. Deja también un país y su propio Partido Republicano muy dividido y unas maltrechas relaciones con sus aliados europeos.

El nuevo presidente, Joe Biden, ha prometido revertir el legado de Trump en diversas áreas, acelerar el reparto de vacunas contra la covid-19, hacer obligatorio el uso de la mascarilla y presentar un paquete de estímulos económicos ante el Congreso dominado ahora por el Partido Demócrata. En el plano internacional, Estados Unidos volverá a los acuerdos de París sobre el Cambio Climático y al compromiso para detener el programa nuclear de Irán. Además, levantará la prohibición de viajar a Estados Unidos desde una decena de países de mayoría musulmana a los que Trump impedía entrar.

Algunas voces ya advierten al nuevo presidente de que no es suficiente gobernar desde el centro político para borrar el legado de Trump. Es el caso de Robert Reich, exasesor de los presidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama. Según Reich, los republicanos actuales del Congreso no tienen nada que ver con los que tuvo que tratar él.

El actual Partido Republicano, dice, vive en un mundo paralelo. Para Reich no hay “centro” entre un mundo basado en la realidad y el mundo de los hechos alternativos de los republicanos. Y señala que la gran mayoría de los republicanos sigue apoyando a Trump.

El pasado miércoles, el 98 % de sus miembros en la Cámara de Representantes votó a favor de Trump, en contra del “Impeachement”. Y hace dos semanas, inmediatamente después del ataque al Congreso, dos tercios de los representantes republicanos y 10 senadores de ese partido se negaron a certificar los resultados electorales, basándose en las mentiras de Trump sobre el supuesto fraude masivo, mentiras rechazadas por 60 jueces federales así como por los propios departamentos de Trump de Justicia y Seguridad Nacional.

Reich recuerda que ha sido el culmen de la creciente toxicidad del Partido Republicano de los últimos cuatro años, partido que Trump ha rehecho en una formación de culto a la supremacía blanca y culto al contra-fáctico mundo de las maravillas, de las mentiras y de las teorías conspiratorias.