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Felipe Etxebarria

Análisis

Presión en Alemania para la paralización del gaseoducto Nord Stream 2

Felipe Etxebarria

Felipe Etxebarria

Este gaseoducto cuenta con fuertes opositores tanto en la UE como en la nueva administración de EE. UU. porque consideran que aumentaría la dependencia energética de la UE respecto a Rusia.

Constatada la creciente tensión en las relaciones entre la UE y Rusia, tras el encarcelamiento del líder opositor Navalni, el fallido viaje de Borrell a Moscú y la expulsión mutua de diplomáticos (tres de la UE, Suecia, Polonia y Alemania, que a su vez han respondido expulsando a tres diplomáticos rusos), aparecen las dudas sobre el futuro del gaseoducto Nord Stream 2, en construcción. Este gaseoducto cuenta con fuertes opositores tanto en el seno de la UE como por parte de la nueva administración de Estados Unidos, porque consideran que aumentaría la dependencia energética de la UE respecto a Rusia.

En unas declaraciones a la prensa germana, el presidente de la República Federal, Frank Steinmayer, ha defendido este gaseoducto por ser la energía "el único puente en las relaciones entre la UE y Rusia" y lo ha justificado como una reparación por la invasión de la Alemania nazi sobre la Unión Soviética que costó más de 20 millones de víctimas en suelo soviético.

Estas declaraciones han causado un fuerte malestar en Ucrania, que, a través de su embajador en Berlín, Andrij Melnyk, las ha calificado de "cínicas e indignantes" por recurrir a acontecimientos históricos y mencionar solo a las víctimas rusas entre las víctimas soviéticas del terror nazi, cuando Ucrania también estaba entonces dentro de la Unión Soviética.

Ucrania es uno de los países más críticos con el gaseoducto Nord Stream 2, que, según lo previsto, llevará al año 55 000 millones de metros cúbicos de gas de Rusia a Alemania a través del mar Báltico, sin transitar por suelo ucraniano. En la actualidad, Ucrania cobra por el tránsito a través de su territorio del gas ruso a Europa. Con el nuevo gaseoducto, Rusia reduciría sustancialmente el tránsito de su gas por Ucrania.

Tras el caso Navalni, las miradas ahora se dirigen hacia Angela Merkel. Aunque defiende este proyecto estratégico, la canciller alemana nunca lo ha apoyado oficialmente. Se ha limitado a decir que el Nord Stream 2 es un proyecto privado y que no ve ninguna razón para su prohibición.

Algunos estados miembros de la UE, como Francia y Polonia, están en contra de este gaseoducto, pero formalmente ninguno ha pedido todavía su paralización.