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Felipe Etxebarria

Análisis

Un atasco marítimo anunciado

Felipe Etxebarria

Felipe Etxebarria

Durante los últimos años se han construido cargueros cada vez más grandes, y los analistas habían alertado sobre posibles accidentes pero dichos avisos han sido ignorados hasta ahora.

Las autoridades han achacado a los fuertes vientos o a posibles fallos técnicos o humanos el embarrancamiento del megacarguero Ever Given en el canal de Suez. Este hecho ha perturbado el 10 por ciento del comercio mundial. Durante los últimos años se han construido cargueros cada vez más grandes, y los analistas habían alertado sobre posibles accidentes pero dichos avisos han sido ignorados hasta ahora.

Durante la última década, las embarcaciones de transporte de contenedores ha ido aumentando de tamaño sin parar. Si en el año 2000 un navío, de media, podía transportar, un máximo de 5000 contenedores, en pocos años esta capacidad ha sido multiplicada. En la actualidad circulan por los mares megacargueros que pueden transportar más de 20 000 contenedores

¿A qué es debida esta tendencia?

Según los analistas, más que a avances técnicos, esta tendencia es debida a los altos precios del petróleo durante este siglo y a los bajos tipos de interés que siguieron a la crisis de 2009. Ello ha permitido a las compañías tomar créditos para construir cargueros cada vez mayores, como auténticos rascacielos en el mar.

La espectacularidad de las gigantescas embarcaciones atrajeron las miradas curiosas de los medios de comunicación, pero poca atención fue puesta en las advertencias que algunos expertos lanzaban sobre los riesgos de tales dimensiones acarreaban. En lugar de repartir la carga en varias embarcaciones, se ha concentrando mercancía en megacargueros, que es como “poner todos los huevos en la misma cesta”.

Sus dimensiones han superado las infraestructuras marinas por donde circulan. El canal de Panamá fue ampliado a un costo de más de 5000 millones de dólares hace una década para responder a esta demanda. Pero su capacidad ya ha sido superada por las cada vez mayores embarcaciones que salen de los astilleros asiáticos.

Los expertos señalan que la mitad de los puertos del mundo no pueden dar cabida a estas embarcaciones gigantes, lo que deja a las cadenas de suministro cada vez más expuestas a diferentes amenazas incluso de pirateo y ataques cibernéticos.

El embarrancamiento en el canal de Suez ha puesto de manifiesto este riesgo y la irracionalidad de construir cargueros cada vez más grandes, y con el paso obstruido, decenas de embarcaciones han tenido que esperar.