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Felipe Etxebarria

análisis

Oleada de huelgas en el Reino Unido

felipe etxebarria

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Oleada de huelgas en el Reino Unido. Las huelgas son síntoma de la profunda crisis que atraviesa el país tras largos años de gobierno conservador y su política de reducción de impuestos y de recortes en las inversiones públicas, agravado por los efectos del brexit.

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Cuando miles de británicos se disponen a viajar en estas vísperas navideñas, una oleada de huelgas sacude al Reino Unido. Paros en los ferrocarriles, en el personal de las aduanas, los conductores de autobuses, en las ambulancias y entre las enfermeras de los hospitales, lo que ha llevado a una situación crítica al sistema de salud público.

Todo ello, síntoma de la profunda crisis que atraviesa el país tras largos años de Gobierno conservador y su política de reducción de impuestos y de recortes en las inversiones públicas, agravado por los efectos del brexit.

El semanario británico The Economist, en su último número, realizaba un retrato del Reino Unido y de su clase política, convertida en el "Hazmerreír internacional". Según el semanario, "con tres primeros ministros en tres meses, cuatro ministros de finanzas en el mismo periodo, y un montón de ministros dimisionarios... el Partido Conservador ha faltado el respeto al Parlamento, y ha desobedecido tratados", en referencia al protocolo del acuerdo del brexit sobre Irlanda del Norte, que el Reino Unido incumple.

Según el semanario, esta decadencia afecta no solo al Partido Conservador, sino a todo el pais. El PIB se ha reducido un 0,2 % durante el tercer trimestre de 2022, por primera vez tras la pandemia. La economía británica es una de las pocas del mundo desarrollado que no ha logrado recuperar los niveles de la prepandemia. A ello se añade la inflación mas alta que en los países de su entorno.

¿De quién es la culpa?

La lista de responsables de la situación es larga, según el semanario. No sería correcto achacar todas las culpar a la ex primera ministra Liz Truss, cuyo minipresupuesto llevó al país al borde de la quiebra. A ella, añade a los primeros ministros conservadores: David Cameron, Theresa May, Boris Johnson y el actual, Rish Sunak.

Según The Economist, "el brexit ha institucionalizado la mentira en la vida política británica, y la deshonestidad de los brexitiers, que fingen haber sido cumplidas las promesas del Brexit". Sus consecuencias, los agricultores que pierden sus cosechas por falta de trabajadores, las empresas que renuncian al mercado europeo por la complejidad burocrática que ello supone tras el brexit, y la reciente escasez en las gasolineras, por falta de camioneros.

Pero el brexit no es la causa de la deriva, sino el síntoma que ha precipitado al país a una situación difícil. El pecado original detrás del brexit está en el Imperio, escribe Sathnam Sanghera autor del "Empireland". En otras palabras, es la nostalgia de la grandeza pasada, que hizo pensar a muchos británicos que estaban mejor fuera que con sus vecinos europeos. Solos, como lo estuvieron frente a la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial.

La historia de Gran Bretaña ha alimentado ese mito, esa creencia de pensar que es mas capaz que los demás para superar los desafios. Pero en la época del cambio climático, de la crisis enérgética y de la globalización, ese pensamiento pertenece al pasado.