Se cumplen los malos augurios de los vendedores de coches

Mes a mes parece que va confirmándose lo anunciado por los fabricantes y vendedores de coches: que la retirada en verano de las ayudas a la compra de vehículos iba a provocar un fuerte descenso de las ventas. Las cifras de matriculación en octubre abundan en el pesimismo: casi un cuarenta por ciento menos que hace un año.

Cuatro meses consecutivos de retroceso: en octubre se matricularon en el Estado español 60 mil automóviles, cuando en el mismo mes del año pasado se vendieron casi cien mil.

Así las cosas, y según las proyecciones que manejan las asociaciones de fabricantes y vendedores, las ventas en este 2010 no llegarán al millón de coches. Fuentes del sector hablan de catástrofe... pero diversos analistas creen que no es para tanto: lo que deben hacer es adecuarse a los nuevos tiempos, de menos gasto por familia, y crédito más difícil. Lo que era anormal, dicen estos analistas, es que hace tres años se vendieran en España más de millón y medio de coches.

En el mundo del automóvil, la crisis va por barrios: no es lo mismo fabricar que vender. Mientras a los concesionarios no les queda otra que bandearse en un mercado prácticamente colapsado como el español, la demanda exterior va viento en popa; y fábricas como la de Volkswagen en Iruñea están pensando incluso en aumentar plantilla y producción gracias al tirón de sus exportaciones. La Mercedes en Gasteiz trata también de abrirse hueco en el exterior con una nueva furgoneta eléctrica. Y en cuanto a la automoción vasca, en términos generales, exporta hasta el 80% de lo que produce.

Así que más que por la falta de ayudas públicas, parece que el presente del motor en España está más tocado por un consumo que no despierta, seguramente lastrado por el alto nivel de paro y la incertidumbre.