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Entrevista de eitb.com

Miriam Ocariz: 'Ir de tiendas a veces es una necesidad'

La diseñadora bilbaína lleva más de una década de diseños y era una habitual de Cibeles hasta que decidió abrirse camino en Japón. Ahora, prepara una colección "positiva y libre'.

La diseñadora de Miriam Ocariz, en su taller de Bilbao. Foto: EITB
La diseñadora de Miriam Ocariz, en su taller de Bilbao. Foto: EITB
La diseñadora de Miriam Ocariz, en su taller de Bilbao. Foto: EITB

Amaia Akordagoitia

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Eres fiel a tu ciudad natal. ¿No te complica la vida residir en Bilbao?Yo empecé aquí, muy poquito a poco, al principio yo sola en mi casa y luego daba clases y cogía a algunas de las alumnas y, poco a poco, me fui montando mi pequeño taller. He ido rotando mucho, pero yo creo que lo más difícil es asentarte, lograr tu huequito y que funcione bien. Una vez que lo consigues la verdad es que aquí se está muy bien y aquí me he quedado. La verdad es que estás un poco como en tu cápsula.

¿Cómo es un día normal para ti?Me levanto muy prontito, intento venir al taller sobre las 8 u 8:30, y me paso el día aquí. No tengo horario, puedo salir a las 6, a las 7 o a las 9 de la noche, porque siempre hay mucho trabajo y te pones con una cosa y con otra... Una vez que salgo del taller lo bueno que tiene Bilbao es que es pequeño y siempre puedes aprovechar para quedar con tus amigos o ir al cine.

¿Y un día de desfile?Significa levantarme con un nudo en el estómago impresionante y estar todo el rato deseando que llegue el momento de que sea el desfile. Generalmente, los dos días anteriores, en los que estas con todos los preparativos, son días de mucho trabajo, de mucha tensión, para que todo encaje, así que el día del desfile sales ya con todo mas o menos organizado. Por eso, como ya no tienes mucho que hacer, quieres que empiece la música y que pase todo, porque al final es todo tan corto y tan intenso. Se pasan muchos nervios.

¿Qué pasa cuando acaba el desfile?Es una sensación extraña. Como tú estás dentro y tampoco lo ves... A veces todo va perfecto, pero otras veces, por dos tonterías que han salido torcidas te quedas con la sensación de esas bobadas que igual no las ve nadie más que tú. No sé, es una sensación como de vacío. Es un poco extraño.

¿Cómo recuerdas la primera vez en una pasarela y en qué ha cambiado tu manera de trabajar?La primera vez que desfilé era un desfile compartido y lo recuerdo con muchísima ilusión y muchísimos nervios. Obviamente, de la primera vez que desfilas a la última algo se aprende, ¿no? Los nervios la verdad es que se siguen teniendo, pero lo llevas todo muchísimo más controlado y tienes muchos más recursos.

Supongo que la fase que más te gusta es la del diseño...Sí, sí, sí, hombre, por supuesto. Al final es lo que a mi me gusta y por lo que he montado todo esto e intento poder dedicarle cada vez más tiempo. Tienes que hacer muchas cosas al margen, pero bueno, yo estoy bastante centrada en el trabajo. De la parte del diseño lo que más me gusta es cuando consigo englobar un poco toda la colección y arrancarla. Ahora, por ejemplo, estoy empezando e hilvanando muchos elementos y la verdad es que se sufre bastante, porque los tejidos tienen unos mínimos, tardan un tiempo en hacértelo... Al principio, como también hago el tema de los estampados y los dibujos, estás con muchas ganas, pero con un poco de inseguridad y de dudas. Luego, hay un momento en el que ya tienes lo esencial decidido y ahí es el momento en el que más disfruto, estoy más centrada, y vas encajando una cosa con otra y dando forma al puzzle.

Durante el último año, el trabajo te ha llevado al continente asiático...Llevamos tres años trabajando con unos distribuidores en Japón y nos propusieron una colección para que ellos la distribuyesen allí. Así que parte de las colección que hacemos, la hacemos doble para Japón. Por eso, en estos momentos en los que todo es complicado y en los que todos estamos peleando mucho, el centrarse en hacer las cosas bien con este mercado y abrir nuevos caminos creemos que es fundamental. También estoy preparando un perfume, que saldrá ahora para navidades.

¿Esa fue la razón por la que dejaste Cibeles? Los expertos dijeron que dejabas "huérfana la Madrid Fashion Week"...El tema de Cibeles ha sido por centrarnos y enfocar ahora la energía en lo que creemos fundamental. A mi me ha dado mucha pena, porque yo estoy encantada con Cibeles. Lo de huérfana me parece exagerado (ja, ja). Siempre te hace ilusión que te echen de menos, pero bueno, espero volver, desde luego.

¿Es muy distinto al nuestro el mercado nipón?Yo creo que sí, bastante. En Japón viven la moda muy diferente a nosotros, es como vital para ellos. Cuidar la imagen es algo esencial, gastan mucho dinero en ello, lo cuidan mucho. Es una cuestión prioritaria frente a otras necesidades que nosotros valoramos más. Todo lo que les parece nuevo, distinto, lo aceptan muy bien. Nosotros estamos más condicionados con el qué dirán, la tradición... Allí lo viven de una forma muy fresca, muy natural.

¿Qué te inspira para crear tus colecciones?Pues en general todo lo que me rodea: el cine, la música, las experiencias vitales... Me gustan mucho los rastros y revolver en ellos. Tampoco suelo basar mis condiciones en un tema en concreto, es más un cúmulo de ideas, de temas y de elementos que me interesan y que voy trabajando en cada colección de forma distinta y ampliando por nuevas experiencias y nuevas referencias.

¿Cómo definirías la colección que vas a hacer?¡Qué difícil! A lo mejor te digo una cosa y acaba siendo otra. Pues, yo creo que positiva y bastante libre, como cómoda. Pero es muy general. En la colección hay muchas partes, pero ahora por lo que he empezado me transmite un poco la sensación de libertad dentro de la moda. Sobre todo en la parte más informal.

¿Qué sientes cuando ves a alguien con una prenda tuya?Pues me encanta, pero al mismo tiempo también me impresiona. Es como si tuviese algo mío, una implicación, una relación. Es una sensación muy bonita, pero impresiona también. Si veo a alguien con una prenda mía, me gusta decírselo.

He leído que la calle para ti es un filón. ¿Qué opinión tienes de los blogs de gente de la calle que se han puesto tan de moda ahora?Me parece fenomenal porque proporcionan algo muy fresco y muy real. La verdad es que tampoco lo sigo mucho, porque no soy mucho de ordenadores y de Internet, pero me gusta porque al final es la realidad y tiene un punto de frescura que se consigue así.

¿Consideras la americana tu prenda fetiche?Pues bastante, sí. Me parece una prenda que le puedes dar muchos usos. Recuerdo cuando era joven que me ponía la americana de mi abuelo... Una parte de mi trabajo es muy femenina, como delicada, y entonces a mi me gusta mucho mezclar esa imagen con una americana mas masculina, por contrastar y por cambiarle un poco el sentido.

Una prenda que nunca llevarías...Es difícil. Es que creo que no hay una prenda a la que tenga manía en concreto. Todo depende de qué material esté hecha, de cómo te la pongas... Todo puede tener mucho encanto, depende de quién y cómo la lleve.

¿Sueles ir "de tiendas"?Pues la verdad es que no voy mucho, pero a veces también es como una necesidad. Yo tengo mucha ropa mía y suelo vestir bastante ropa mía, pero muchas veces acabas muy cansada de ti y tienes la necesidad de algo fresco, algo que te sorprenda. Me pasa mucho con las prendas estampadas, porque al final es el diseño, el estampado, es como "yo, más yo y más yo"... (ja, ja). A veces necesitas alejarte un poco.

¿Cómo vestimos los vascos?Yo creo que aquí sobre todo lo que se aprecia mucho es la calidad de los materiales, de la confección. Yo siempre he dicho que hay también mucha diferencia entre las nuevas generaciones. Nos hemos abierto mucho más. La gente busca el equilibrio, pero a veces necesita un poco de chispa, transgredir. Pero, bueno, yo creo que es una muy buena base.

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