Internacional -
Cambios legislativos
China aprueba la relajación de la política del hijo único
Además, la Asamblea Nacional Popular ha decidido abolir los campos de reeducación mediante el trabajo, un sistema de castigo creado por el maoísmo.
Redacción
La Asamblea Nacional Popular (ANP), el principal órgano legislativo chino, ha aprobado hoy la resolución que relaja la controvertida política del hijo único y autorizará a más parejas del país a tener un segundo descendiente.
Mediante la reforma legal, las parejas urbanas en las que uno de los cónyuges sea hijo único podrán tener un segundo vástago. Antes, esto sólo se permitía si ni la madre ni el padre tenían hermanos.
Autoridades sanitarias y de planificación chinas calculan que esta reforma hará que nazcan dos millones de niños chinos más cada año, aumentando de siete a nueve millones la cifra total de nacimientos por año.
La política del hijo único se inició a finales de los 70 y principios de los 80 para frenar la superpoblación, pero en los últimos años, expertos y legisladores chinos han abogado por su relajación, debido a problemas derivados de ella como el rápido envejecimiento poblacional o la falta de mano de obra en zonas industriales como Cantón o el delta del Yangtsé.
El régimen comunista argumenta que si la política del hijo único no se hubiera aplicado actualmente el país acusaría mayores problemas de superpoblación, pues tendría 1.700 millones de habitantes, en lugar de los 1.300 millones actuales. Sin embargo, ha tenido igualmente efectos negativos para el país, como el mencionado envejecimiento de la pirámide demográfica, los abortos selectivos o los abandonos de niñas en áreas rurales.
Abolición de los sistemas de castigo
La Asamblea Nacional Popular ha aprobado también la abolición de los campos de reeducación mediante el trabajo o laojiao, un sistema de castigo creado por el maoísmo que durante décadas ha recibido críticas de organizaciones de derechos humanos.
La ANP ha especificado que, una vez promulgada la resolución, aquellos que cumplen pena en estos centros serán libres, aunque también subraya que los castigos que fueron impuestos antes de la abolición son "válidos".
Creado en 1955, durante los primeros años del régimen comunista fundado por Mao Zedong, el sistema de campos de reeducación sirvió para privar de libertad tanto a intelectuales como a muchos de los estudiantes que participaron en las protestas de Tiananmen de 1989.
En años recientes, hasta 300.000 personas pudieron ser confinadas a estos centros, muchos de ellos situados en emplazamientos secretos y que, según ONGs pro derechos humanos, violaban la Convención Internacional de Derechos Políticos y Civiles, que prohíbe los trabajos forzados y fue firmada por el Gobierno chino en 1998.