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Atentado en Rusia

Análisis de J. Torquemada: Chechenia sigue dando guerra

El principal motivo para sospechar de los chechenos en la cadena de atentados de Moscú es que ya han hecho antes ataques de este tipo y amenazaron con seguir haciéndolo.

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En 2004, un terrorista suicida checheno causó más de 40 muertos en el Metro de Moscú. A finales de noviembre del año pasado, una bomba estalló en el Nevski Express, el tren que une Moscú y San Petersburgo. Murieron oficialmente 26 personas, aunque los chechenos que reivindicaron el atentado hablaron de más de 30.

En aquella nota, el grupo liderado por Dokú Umárov anunció que seguirá con ese tipo de atentados "mientras continúe la ocupación rusa de Chechenia".

Eso volvió a traer a la actualidad el conflicto de Chechenia. Esa república caucásica de mayoría musulmana, encuadrada dentro de Rusia, vivió una dura guerra entre rusos y chechenos durante los años 90.

Al llegar Putin, actual primer ministro, a la Presidencia de Rusia en el año 2000, se fijó como una de sus prioridades ganar aquella guerra. Para ello, se apoyó en el clan de los Kadírov, opuestos a los líderes chechenos enfrentados a Rusia. Ramzam Kadírov es ahora el presidente de Chechenia, gobernando de forma dictatorial. Grozni, la capital, ha sido reconstruida en parte y los rusos han conseguido pacificar, más o menos, Chechenia.

Sin embargo, hay guerrilleros chechenos que siguen refugiados en las montañas y de vez en cuando hacen ataques dentro de Rusia. El grupo más audaz es el liderado por Dokú Umárov, que ha tomado el relevo de los históricos dirigentes chechenos Basáyev y Saiduláyev.

Para el presidente ruso actual, Dimitri Medvedev, la reactivación del frente checheno sería un gran problema, pues hasta ahora ha conseguido llevar a cabo una Presidencia bastante tranquila, entendiéndose bien con Putin y sin hacer demasiado ruido.

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