Internacional -
Análisis
Obama reduce la amenaza nuclear
El presidente estadounidense ha decidido empezar a ganarse el Nobel de la Paz que le dieron el año pasado.
Jesús Torquemada
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha decidido empezar a ganarse el Premio Nobel de la Paz que le dieron el año pasado, y para ello ha comenzado por un asunto espectacular: el de las armas nucleares.
Ayer anunció la revisión de la estrategia nuclear americana, mañana se reunirá en Praga con el presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, para firmar un tratado de reducción de los arsenales atómicos, y el lunes que viene será el anfitrión en Washington de una cumbre mundial sobre seguridad nuclear.
Va a hacer un año que Obama dijo, precisamente en la capital checa, que su objetivo era un mundo libre de armas nucleares. Es evidente que no lo conseguirá, ni él ni nadie en esta generación, pero al menos ha empezado a dar algunos pasos para reducir la amenaza nuclear.
La nueva estrategia anunciada ayer tiene dos puntos interesantes; no es que sea una revolución, pero sí es un cambio frente a la que promulgó Bush. Punto uno: Estados Unidos se compromete a no usar armas nucleares contra países que no tengan ese tipo de armas; eso sí, siempre que cumplan el Tratado de No Proliferación Nuclear. Como Irán y Corea del Norte no lo cumplen, no quedan cubiertos por esa promesa. Punto dos: Estados Unidos no va a desarrollar nuevos tipos de cabezas nucleares, aunque sí podría desplegar algunas de las que ha investigado hasta ahora.
Eso implica que la carrera de armas nucleares con Rusia, tan típica de los años de la "guerra fría", podría estar a punto de terminar. Simplemente porque las dos superpotencias atómicas ya tienen armas nucleares de sobra, incluso aunque las reduzcan.