Internacional -
Análisis
Otra vez la disputa lingüística en Bélgica
Se han adoptado medidas como que sólo puedan optar a una vivienda pública quienes hablen flamenco.
Jesús Torquemada
Bélgica está otra vez sin Gobierno a causa del conflicto lingüístico en la región de Bruselas. La capital de Bélgica cae dentro del territorio de Flandes, en el que se habla flamenco, pero en esa ciudad cada vez más gente habla francés, entre otras cosas por la cantidad de funcionarios europeos instalados allí, muchos de los cuales saben francés, pero no saben flamenco.
La periferia de Bruselas, la región conocida como Bruselas-Halle-Vilvoorde, es oficialmente una región bilíngüe, pero los flamencos consideran que está siendo invadida silenciosamente por valones, es decir, los belgas que hablan francés. Los flamencos quieren que esa región sea de lengua exclusivamente flamenca.
Por eso, han adoptado medidas como que sólo puedan optar a una vivienda pública quienes hablen flamenco. Este asunto lleva envenenando la política de Bélgica desde hace décadas y ha provocado la caída de un Gobierno tras otro. Los gobiernos belgas suelen ser unas coaliciones inestables de varios partidos; el actual lo forman cinco.
Pues bien, un partido liberal flamenco ha decidido salirse por su desacuerdo en la cuestión lingüística de Bruselas. El primer ministro, Yves Leterme, ha tenido que ir a presentar la dimisión al rey Alberto II, un camino que ya se sabe de memoria. Y el rey ha insistido en que intenten buscar un acuerdo, porque a Bélgica le toca asumir la Presidencia de la Unión Europea el 1 de julio. Si hubiera que convocar elecciones, y teniendo en cuenta que en
Bélgica tardan meses en formar las coaliciones, lo más seguro es que la Unión Europea estaría sin Presidencia efectiva bastante tiempo.