Merkel, los griegos y algo más

No puede ser que los votantes de Renania del Norte-Westfalia hayan castigado tanto al partido de la canciller Angela Merkel sólo porque ésta ha decidido, a regañadientes, ayudar económicamente a Grecia.

Es verdad que los alemanes están quemados con ese asunto, pues creen que se les está sacando el dinero a ellos de sus bolsillos para dárselo a "esos despilfarradores griegos". Pero también saben que, estuviera quien estuviera en el Gobierno de Berlín, Alemania no tenía más remedio que ir en ayuda de Grecia. Lo contrario sería poner en peligro la existencia de la propia Unión Europea, por la que Alemania ha apostado sin dudas, al menos hasta ahora.

Así que, sin menospreciar esa causa, tiene que haber algo más para explicar la caída de la Unión Cristiano Demócrata de Merkel y de sus aliados, los liberales de Guido Westerwelle. Y lo que hay es precisamente que el Gobierno de coalición de cristianodemócratas y liberales no está funcionando bien en Berlín.

No hay buen entendimiento entre los dos partidos y no han sabido responder a los problemas que se les han presentado en los seis meses que llevan juntos. Así que los electores de Renania del Norte-Westfalia han decidido castigar a esos dos partidos en ese land y dar una nueva oportunidad a los socialdemócratas y los verdes, que ya formaron allí el Gobierno hasta 2005.

Ojo, que los socialdemócratas tampoco tienen motivos para estar muy contentos, pues ellos también han bajado algo en votos; lo que pasa es que el descalabro de la CDU y el ascenso de los verdes les va a dar a los socialdemócratas la posibilidad de recuperar el Gobierno en Düsseldorf.

Eso va a tener consecuencias en la política federal, porque la coalición gobernante pierde la mayoría en el Bundesrat, la Cámara Alta, aunque la conserva en el Bundestag.

Como las leyes tienen que ser aprobadas en las dos cámaras, eso significa que a partir de ahora el Gobierno va a tener aún más dificultades para sacar adelante las leyes.