Internacional -
Análisis
Todo puede pasar en Gran Bretaña
Los liberales están esperando a ver quién, si los conservadores o los laboristas, les ofrecen una reforma del sistema electoral que les convenga más.
Jesús Torquemada
El resultado de las elecciones del pasado jueves ha abierto un enorme abanico de posibilidades en la política británica. Y más aún tras el anuncio del actual primer ministro, Gordon Brown, de que en otoño abandonará el liderazgo del Partido Laborista.
Esta era la condición que ponían los liberales, cuyo jefe, Nick Clegg, no se lleva nada bien con Brown. Por lo tanto, ya no es sólo posible una coalición entre los conservadores de David Cameron y los liderales de Clegg; también es posible ahora otra coalición entre los laboristas y los liberales.
Los liberales esperan a ver quién, si los conservadores o los laboristas, les ofrecen una reforma del sistema electoral que les convenga más. Quieren aprovechar la ocasión para modificar un sistema que beneficia a los partidos grandes y a ellos les perjudica mucho.
Gordon Brown, con su sacrificio, hace más probable la coalición entre laboristas y liberales; según las encuestas, los votantes liberales se sienten más a la izquierda que a la derecha.
Ahora bien, laboristas y liberales no suman mayoría absoluta. Tendrían que incorporar a los nacionalistas escoceses y galeses y a los unionistas norirlandeses. Eso podría producir importantes cambios en el mapa político del Reino Unido.
Los escoceses pedirían un referéndum de independencia, los galeses más autonomía y los norirlandeses dinero para financiar las instituciones del Ulster, justo cuando el nuevo Gobierno tendrá que hacer recortes de gastos.