Internacional -
Análisis
Apasionante partido en la Cumbre del G-20
Barack Obama y Angela Merkel llegan a la reunión con ideas muy opuestas, mientras el presidente estadounidense piensa que hay que mantener estímulos fiscales, la canciller alemana los quiere retirar.
Jesús Torquemada
Estados Unidos contra Alemania. No es un partido del Mundial de Fútbol, ni va a ser en Sudáfrica, sino en Canadá; pero el choque entre ambos, dentro de la Cumbre del G-20, va a ser tan apasionante como un partido de fútbol.
Barack Obama y Angela Merkel llegan a esa reunión de los países más importantes del mundo con ideas muy opuestas. Cuando estalló la crisis económica, hace dos años, todos los componentes del G-20 estuvieron de acuerdo en que había que tomar medidas de estímulo fiscal para reanimar la economía; es decir, inyectar grandes cantidades de dinero público. Sin embargo, Alemania está arrastrando a Europa hacia la retirada de esos estímulos fiscales. Merkel cree que lo peor de la crisis ya ha pasado y que ahora hay que dar prioridad a una política fiscal más austera y a una reducción del déficit público; Obama, sin embargo, cree que hay que mantener durante una temporada los estímulos fiscales.
Otro motivo de diferencias es la regulación del sistema financiero. Todos están de acuerdo en esa regulación, pero los matices son importantes. Alemania y los europeos creen que hay que vigilar más a los fondos de inversión de riesgo, que están casi todos en Estados Unidos, mientras los americanos exigen una recapitalización de los bancos europeos.
Los chinos, mientras tanto, van a ver los toros desde la barrera. La cosa no va con ellos; a los demás les ha parecido bien su promesa de que va a dejar que su moneda, el yuan, se revalorice poco a poco, y, desde su crecimiento anual del 10%, siguen mirando a los demás por encima del hombro.