Internacional -
Análisis
Euforia justificada en Chile
El rescate de los 33 mineros es un éxito para el presidente del país, Sebastián Piñera.
Jesús Torquemada
El caso de los mineros chilenos es un suceso que eleva la moral colectiva de un país tanto o más que un triunfo deportivo en una de las grandes competiciones mundiales.
Chile vive momentos de euforia por el rescate de los 33 mineros atrapados en la mima San José. Es un éxito colectivo, de todo el país, y así lo están viviendo. Pero también va a ser un éxito para el presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Él fue el que ordenó seguir la búsqueda de los mineros cuando ya se les daba por muertos. Las decisiones que ha tomado han sido correctas y eso le va a reforzar políticamente cuando lleva menos de un año en el poder.
Piñera, uno de los principales empresarios de Chile y representante de la derecha no pinochetista, llegó a la Presidencia después de veinte años en los que el Palacio de la Moneda estuvo ocupado por la coalición de socialistas y democristianos.
Piñera no ha hecho todavía grandes cambios, ha seguido la estela de gobiernos anteriores, que dejaron la economía en el buen camino. Sigue habiendo grandes desigualdades sociales, pero Chile apenas ha sufrido la crisis mundial y su economía crece por encima del 5%.
El cobre es, precisamente, el principal recurso económico del país, se le llama "el salario de Chile". Por eso es importante que el país demuestre que se preocupa por sus mineros y por eso este rescate elevará la moral colectiva. Ahora falta que se pongan los medios para que no vuelva a ocurrir; es decir, que se refuerce la seguridad en las minas.
La euforia del rescate no debe ocultar las deficiencias. El riesgo que hay es que, cuando se apaguen los focos, las cosas sigan igual.