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Análisis

Irlanda: ganancias privadas, pérdidas públicas

Irlanda va camino de quiebra por haber querido garantizar el 100% de los depósitos de los bancos.

Jesús Torquemada

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El caso irlandés es un ejemplo perfecto de cuál fue el origen de esta crisis económica que llevamos padeciendo hace más de dos años.

Muchos bancos y muchos intermediarios financieros de todo el mundo llevaron a cabo una política insensata. Cuando Lehman Brothers quebró y el sistema financiero internacional empezó a romperse, muchos gobiernos garantizaron el dinero que la gente tenía en los bancos. Con ello, pretendían impedir que la gente, presa del pánico, fuera en masa a retirar su dinero de los bancos.

Pero el resultado era el siguiente: para salvar a unos bancos privados que habían actuado mal, había que utilizar el dinero público, el de todos. Cuando esos bancos tuvieron ganancias, sólo se repartían entre sus accionistas, pero las pérdidas las tenía que cubrir toda la sociedad.

Irlanda ya garantizó en septiembre de 2008, al comienzo de la crisis, el 100% de los depósitos en los bancos. Otros gobiernos lo hicieron más tarde y garantizaron sólo una parte de los depósitos. Es decir, Irlanda se adelantó a sus socios europeos, sin consultar con ellos, y eso sentó muy mal en Bruselas.

Tal como se veía venir, esos bancos irlandeses han quebrado, no pueden devolver el dinero a sus clientes, y es el Estado irlandés el que va a tener que hacerlo, cumpliendo su promesa. Pero el Estado irlandés no tiene dinero suficiente, por eso necesita endeudarse, y por eso el mercado le cobra cada día más caros los préstamos, y por eso Irlanda cada vez se hunde más.

Ese es el camino que ha llevado a la situación actual y a que Irlanda necesite la ayuda de sus socios europeos antes de que sea demasiado tarde.

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