Internacional -

Análisis

China: Comparaciones peligrosas

Como ya ocurrió con Hitler y el pacifista alemán Carl von Ossietzky, el Gobierno chino no ha dejado que Liu Xiaobo viaje a Oslo a recibir el Nobel de la Paz.

Jesús Torquemada

Whatsapp Facebook Twitter Telegram Email

China ha convertido el Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo en una guerra de propaganda para demostrar su creciente peso político y diplomático. Ha conseguido que veinte países boicoteen la ceremonia de Oslo, en la que, de todas formas, no se podrá entregar el premio.

Las normas del premio exigen que lo reciba el galardonado o un familiar cercano. En otras ocasiones, cuando ha sido premiado alguien que estaba encarcelado, como la birmana Aung San Suu Kyi, el galardón lo recogió un pariente; pero el régimen chino no ha permitido la salida del país de Liu Xia, la esposa del disidente.

La última vez que esto ocurrió y el premio no pudo ser entregado fue en 1936, cuando Hitler no dejó al pacifista alemán Carl von Ossietzky desplazarse a Oslo.

Por cierto, la Liga Internacional de Derechos Humanos entrega también hoy, en Berlín, su premio, bautizado con el nombre de Carl von Ossietzky. Este año le corresponde al israelí Mordejai Vanunu, que pasó 18 años en la cárcel por revelar los planes israelíes para construir bombas atómicas. Ahora está en libertad vigilada y no se le permite salir de Israel.

Que a China se la relacione con Hitler y con el Gobierno israelí actual no es precisamente lo que más le conviene para su imagen internacional.

Si te interesó esto, quizá te interesen estos otros temas