Internacional -
Análisis
La reforma incompleta de Mohamed VI
Ya no se podrá decir que Marruecos es una monarquía absoluta, pero tampoco se podrá decir que es una monarquía parlamentaria, porque el rey conserva muchos y muy importantes poderes.
Jesús Torquemada
Los partidarios del rey de Marruecos, Mohamed VI, se han movilizado para defender la reforma constitucional propuesta por el monarca. O quizá sería más correcto decir que les han movilizado, porque las manifestaciones que llevaron a cabo ayer parecían organizadas desde instancias oficiales.
El objetivo de esas manifestaciones era lanzar alabanzas al rey y, sobre todo, reventar las manifestaciones convocadas por los contrarios a esa reforma constitucional anunciada por Mohamed VI.
Según el proyecto del rey, Marruecos se democratizará algo más, con novedades como el reconocimiento del bereber como lengua oficial o que el primer ministro será el líder del partido más votado, y no como hasta ahora, que es el rey el que decide quién es el primer ministro.
Ya no se podrá decir que Marruecos es una monarquía absoluta, pero tampoco se podrá decir que es una monarquía parlamentaria, porque el rey conserva muchos y muy importantes poderes. Prueba de que esto es así es que el rey ha convocado un referéndum sobre este asunto para el 1 de julio, con lo cual no va a haber tiempo para debatir la reforma.
Puede que el rey haya abierto un poco la mano, pero no ha cambiado de mentalidad y sigue tratando a los marroquíes como súbditos.